Con mucha frecuencia, los problemas que tenemos alrededor crecen y crecen, y no nos damos cuenta de que lo hagan, bien porque desconocemos cómo se arreglan, bien porque no nos damos cuenta de su existencia, o bien porque nos asusta resolverlos, dadas las consecuencias que puedan traer los arreglos.

Esto nos pasa en todos los órdenes de la vida. Tanto en el terreno personal, con nuestros problemas más íntimos, como en el terreno colectivo, sea una comunidad de vecinos, una empresa, una población o España entera.

Esto es lo que puede haber pasado también con el ficus de Santo Domingo. Un árbol tiene cada día un crecimiento de su parte aérea, que tiene que estar sostenida por el tronco y las raíces. Pero esta situación, ¿es sostenible siempre en el tiempo? Creo que todo tiene un límite, las raíces del ficus tienen unas fronteras por donde no pueden ya pasar, que son los edificios que lo circundan. El peso de las distintas ramas del árbol es cada día, cada año, mayor. Algo debe pasar. Visto desde la Paleontología, los individuos y las especies mueren, entre otras cosas, por el gigantismo que alcanzan. El ficus estaba condenado a la gran poda o a la muerte, como todo ser vivo. Por eso, me refiero a que dejamos que los problemas crezcan y crezcan, sin cortarlos de raíz.

Hemos dejado también que el problema del agua crezca de manera alarmante. Cada sequía que viene es más grave que las anteriores. Entre otras cosas, porque tenemos también mayores demandas de agua, como es lógico por la cada vez más fuerte producción agrícola, que es tan importante para Murcia y para España. Pero el problema hay que arreglarlo, porque si no, todo el entramado se va a caer.

No digamos el tema de la corrupción. Cuánto más se tarde en solucionar, más grande será la caída. No solo de unas ramas, sino de todo el árbol.

Se pueden poner muchos ejemplos, ustedes también. Pero quizá, el más importante es el de la presión independentista en algunos territorios de España. Se ha dejado crecer. Incluso, en ciertos momentos, se habrán caído ya algunas ramas, pero no se poda ni con la Constitución. El problema lo tenemos ahí y no sabemos ni lo que va a pasar. Las ramas están tomando vida propia. La solución de los problemas es básica para que todo funcione en armonía. Es muy importante el análisis por personas capaces de ello. Y como consecuencia, hay que tomar soluciones, aunque sean cortando de raíz los problemas. No hay otro modo. Hay que ser valientes y enfrentarse a los problemas.