En estos dos años de travesía política de Podemos Región de Murcia le hemos ganado líneas de lucha a nuestros adversario políticos (el Gobierno de la mafia), desde que al primer mes de la legislatura cambiamos la Ley Electoral para democratizarla y casi dos años después forzar la dimisión del presidente Pedro Antonio Sánchez que obligó al PP a improvisar su rápida sustitución por un fontanero del aparato político.

En los inicios de Podemos se dijo aquello de «un pie en las instituciones y mil en las calles». Dos años después esta dualidad calle-institución la hemos conseguido superar metiendo mil pies de la calle en las instituciones, al propiciar una apertura del campo político ciertamente inédita. Esta síntesis es interesante de tenerla muy presente para jugar la Segunda Parte del partido con las suficientes garantías de ganarle la partida al Gobierno de la mafia. Pues en la Segunda Parte esos mil pies de la calle en las instituciones hay que traducirlos en muchos escaños.

Hemos de comprender qué es el trabajo institucional (el parlamentario y el municipal) para el cual la gente nos votó. Permítanme una rápida visita a dos clásicos del pensamiento político. Ambos escribieron en los años 20 del anterior siglo, justo en esos años convulsos posteriores a la Gran Guerra europea de 1914. Por un lado, tenemos a Max Weber y sus escritos sobre la nueva lógica política de los partidos de masas y el papel del parlamentarismo en el contexto de la formación del Estado alemán. Por otro lado, tenemos a Lenin y sus escritos sobre cómo las masas obreras exprimidas en la guerra y las fábricas debían organizarse en el partido comunista y prepararse para todas las formas de controversia política, incluida la entrada en los Parlamentos. Es interesante, que tanto Weber como Lenin, a pesar de estar en las antípodas de los proyectos políticos que defendían, sin embargo, se planteaban problemas muy parecidos. Concretamente me interesa destacar cómo abordaron el problema de la formación e instrucción de cuadros políticos. Para Weber, el trabajo parlamentario es fundamentalmente un lugar de instrucción y formación de dirigentes políticos, «un lugar de selección no sólo de simples demagogos, sino de políticos que trabajen en serio».

Lenin defenderá frente al infantilismo izquierdista que dadas las diferencias de instrucción objetivas entre las masas populares y la burguesía, el partido revolucionario debe entrar en los Parlamentos para que los dirigentes obreros se formen y aprendan el arte de la política. El que ambos teóricos se tomaran tan seriamente el problema de la adquisición de capital cultural y político para el ejercicio de la política moderna, se debe a que ambos estaban implicados en la construcción de sus respectivos estados: Alemania (Weber) y la República Soviética (Lenin).

A pesar de que durante esta II Asamblea Autonómica de Podemos Región de Murcia estamos asistiendo a críticas del parlamentarismo por parte, especialmente, de la candidatura de Lola Sánchez, sin embargo, hemos de subirnos a hombros de gigantes (Weber y Lenin) para disentir profundamente de esas apreciaciones. El trabajo parlamentario es fundamental en la formación de cuadros políticos. En estos dos años, esto es, en la Primera Parte del partido, hemos hecho una acumulación originaria de capital político. Un buen jugador en la contienda política no se improvisa, se construye en el Parlamento y en el partido político. Salimos de la Primera Parte del partido con buenos jugadores y una organización, como lo demuestra el hecho de haberle ganado pulsos importantes al Gobierno de la mafia.

El trabajo institucional, parlamentario y municipal, es en las sociedades modernas el espacio del arte de la política, y la política es siempre lucha y antagonismo (de nuevo Weber y Lenin coinciden en esto). Desde Podemos Región de Murcia nos preparamos para hacer del trabajo parlamentario un espacio de lucha, propiciando una apertura para que los mil pies de las calles entraran en la institución. De esta forma, hicimos de la elaboración de cada propuesta de ley, de cada moción o de cada interpelación a un consejero, una auténtica labor de investigación y de conocimiento del territorio. Se trataba de hacer de la acción parlamentaria una labor de contacto con todos los actores sociales y con esos actores elaborábamos diagnósticos y se discutían propuestas de actuación. El propósito: tejer alianzas con actores a menudo muy alejados de los planteamientos de Podemos. Si la gente nos ha puesto en las instituciones es para ponernos a prueba, para vernos actuar sobre el terreno. Quieren valorar nuestra vocación de estudiar sus problemas y elaborar alternativas. Hemos conseguido que aprecien que efectivamente somos un proyecto político que aspirar a gobernar sus problemas contando con ellos.

También en la Primera Parte del partido hemos construido una organización. El trabajo institucional y la construcción de una organización que aspira a propiciar el cambio político de esta Región son dos caras de la misma moneda, no se pueden desvincular. Esta segunda tarea no ha sido fácil: mil problemas, mil errores, mil ingenuidades. Las labores de construcción de los controles orgánicos y colectivos de un partido de masas funcionalmente diferenciado y técnicamente especializado son siempre complejas. Queda muchísimo por hacer pero están sentadas las bases para poder afirmar que en la Región de Murcia, Podemos tiene una organización. Ahora toca extenderla más y enraizarla en el territorio.

En esta II Asamblea Autonómica muchos compañeros están criticando el supuesto alejamiento de ´las bases y del territorio´ de la dirección encabezada por Oscar Urralburu. Esto no es del todo cierto, aunque es verdad que a Podemos le falta construir mucha ´organicidad´ para que tengamos disponible una organización afinada, fluida, participativa e inclusiva. Pero esto no se hace con líneas rojas del tipo «quitar a Oscar Urralburu y poner a Lola Sánchez», sino con propuestas de construcción organizativa. Y este es el terreno en el que debemos avanzar con propuestas que afiancen funciones, especializaciones, participación y apertura. Y no se parte de cero, en la Primera Parte del partido se ha avanzado mucho. Y para la Segunda Parte hay una propuesta muy seria e innovadora en el Documento Organizativo de Más Podemos-Más Profundización Democrática.

La candidatura anticapitalista de Lola Sánchez y Fernando Miñana tiene como seña de identidad exclusiva la idea de quitar a Oscar Urralburu de la secretaría general (lo han llegado a presentar como ´su línea roja´). Un error mayúsculo. Retomando la analogía futbolística, cualquier entrenador de fútbol no sustituye para la Segunda Parte del partido los buenos jugadores que ha tenido en la primera. Mucho menos se manda al banquillo al capitán del equipo cuando se va avanzando en la contienda política.

Tienen que salir los jugadores que han conseguido avanzar líneas y victorias en la Primera Parte, pues de lo contrario el riesgo de perder el partido es altísimo y catastrófico.