Los termómetros comienzan a subir y desde hace varias semanas no tenemos más cosa en la cabeza que hacia donde pondremos rumbo este verano. Las páginas web y las agencias de viajes están que echan humo desde hace tiempo y a mí, como de costumbre, me vuelve a pillar el toro. Mira que todos los años me prometo que no dejaré que se me eche el tiempo encima y siempre me pasa igual, hasta última hora no me animo a mirar posibles escapadas estivales.

Así que ahora, en estas fechas, todo cuesta el doble (el doble económicamente hablando y el doble en esfuerzo, ya que ni el conocido sabueso es capaz de encontrar algo que encaje con lo que tenemos en mente y más cuando las prisas apremian). Y así, llamada tras llamada y visita tras visita, la frase que más he escuchado en los últimos días es: «Para esa fecha ya está todo cogido». De todas formas el ánimo no decae porque las vacaciones, vacaciones son y casi da igual perderse cogiendo un avión a miles de kilómetros que hacerlo a solo unos cientos de casa viajando en coche a un lugar nuevo por descubrir, que también tiene su encanto.

La idea de esos días que tenemos es cambiar de aires, desconectar del día a día y, en la medida de lo posible, no coger el teléfono. Así que seguiré con mi búsqueda, que como dicen las abuelas, ´todos los caminos llevan a Roma´ y nos iremos preparando para entrar en breve en esos días en los que la mayoría de los mortales entramos en modo Off.