Se subasta eléctrica a subasta eléctrica y tiro porque me toca. Así parece concebir el gobierno español (y su súbdito murciano) el futuro de la energía solar fotovoltaica, la misma por la que están apostando y obteniendo grandes beneficios sociales y económicos numerosos países europeos, y que en España continúa en manos del ya más que demostrado oligopolio eléctrico que nos afecta a todos, pero beneficia solo a unos pocos, por no hablar de las culminaciones de carreras estelares de algún que otro político de esta España nuestra.

Hace tan solo unos días, el pasado 17 de mayo, el Gobierno de Mariano Rajoy llevó a cabo una subasta eléctrica 'tecnológicamente neutra', tal y como apuntaron fuentes de su Ejecutivo. De los 3.000 megavatios subastados, un total de 2.979 fueron adjudicados a instalaciones eólicas y únicamente uno, 1MW, a instalaciones fotovoltaicas (el resto, 20, repartidos entre el resto de tecnologías); de ahí que cueste creer esa igualdad de neutras condiciones en las que han competido la eólica y la tan castigada fotovoltaica con un imperante impuesto al sol que no parece tener visos de desaparecer. ¿Los ganadores? General Electric, Enel Green Power (Endesa) y Gamesa (uno de cuyos principales accionistas es Iberdrola). De ahí, que la Unión Española Fotovoltaica, dirigida por José Donoso, haya anunciado que denunciará lo ocurrido ante la Competencia de la CE.

Pero, señoras y señores, tenemos encima otra inminente subasta eléctrica: tan solo siete días después de celebrarse la primera, el 24 de mayo, el ministerio de Energía anunció una segunda convocatoria de otros 3.000 megavatios, y de la que no cabe esperar mucho.

Ya sabemos que España es la nación más soleada de toda Europa y que Murcia es la región con más horas de sol del país; quizá compite en igualdad de condiciones con Almería y algunas provincias limítrofes más. El sol nos ilumina y nos da calor, pero continuamos siendo energéticamente pobres y dependientes por la falta de verdaderas políticas comprometidas con las energías renovables. Desde nuestra región, la Fundación Desarrollo Sostenible(FDS), a cuyo frente se encuentra Emilio Ballester, pelea desde hace años por el derecho a autoabastecernos energéticamente; es posible acabar con esta incultura y pobreza energéticas en la que nos vemos inmersos. Claro como el agua, tan deficitaria también en Murcia, lo dejó el pasado 22 de mayo en la Asamblea Regional, donde compareció a petición de la Comisión de Energía de un órgano, por fin, claramente más plural. Allí, ante los diputados del PP, PSOE, Cs y Podemos, el presidente de la FDS les planteó la absoluta viabilidad de que la Región de Murcia sea, en 2050, 100% renovable; y lo hizo a través de un minucioso análisis de los datos del consumo de energía no renovable en la región durante el pasado 2016.

Cuando hablamos de consumo no renovable, explica Ballester, no sólo nos referimos al consumo eléctrico sino también, por ejemplo, al consumo de gas o de petróleo; esto es, el transporte, la automoción, las calefacciones y un largo etcétera. Así, según datos de la FDS, el total de energía consumida durante el pasado 2016, quitando la parte que ya es renovable, la ya instalada, ascendió a 3.124 miles de toneladas equivalentes de petróleo, cantidad que equivale a un total de 15.930.647 megavatios hora de energía final consumida.

¿Qué propone entonces la Fundación Desarrollo Sostenible? Que la Región de Murcia produzca en 2050 todos esos megavatios hora procedentes exclusivamente de energía solar fotovoltaica. Lo proponen y, según palabras de Ballester, es totalmente factible. Para lograrlo, habría que disponer de 9.655 megavatios de potencia eléctrica fotovoltaica instalada, lo que supondría un coste de 7.724 millones de euros. Para ello, la Administración lo único que tendría que aportar es el 25% de esa cantidad; aclara Ballester que si lo hiciera cada año y durante 35, estaríamos hablando de una inversión anual no superior a los 55,17 millones de euro/año, cuando el Plan de Energía Regional supera los 400 millones hasta 2020.

Pero Ballester va más allá y asegura que no haría falta ni siquiera contar con tales cantidades de dinero, ya que este ejemplo no contempla las bajadas y disminuciones de eficiencia energética que se van a ir produciendo conforme pase el tiempo y se vayan imponiendo medidas de ahorro; del mismo modo que irán apareciendo nuevas tecnologías diferentes a la fotovoltaica, tal y como puede ser una térmica.

Una Murcia 2050 renovable es posible; solo hace falta un verdadero interés y una clara voluntad por parte de las distintas Administraciones.