El pasado día 5 de junio, día Mundial del Medio Ambiente, Nueva Cultura por el Clima hizo entrega en la Asamblea Regional de una proposición de ley de Cambio Climático. Un texto fruto del esfuerzo continuado de ciudadanos comprometidos, sin connotaciones partidistas. Un mero acto de coherencia ante un fenómeno que ya nos afecta de lleno y sobre el que no se ha hecho prácticamente nada en esta región. En el acto se convocó a los cuatro grupos parlamentarios de forma simultánea, para evitar suspicacias. Hay que decir que sólo aparecieron en tiempo y forma PSOE y Podemos. Posteriormente y según se nos comunicó «por problemas de agenda», pudimos entrevistarnos con el portavoz del PP y quedó pendiente para otro momento una entrevista con el portavoz de Ciudadanos.

Lo cierto es que la emergencia de la crisis climática ha estado escasamente valorada desde las instituciones de nuestro país. En el caso de Murcia, esta situación adquiere un especial relieve, pues por nuestras singularidades geográficas, somos una de las regiones más vulnerables del continente europeo. Murcia podría definirse como una 'zona cero' del cambio climático.

Es frecuente que la sociedad civil responda con más rapidez a ciertas circunstancias. Es en ese contexto cuando la ciudadanía comprometida decide entrar en acción. El derecho a la participación activa en política en democracia brinda a los ciudadanos la oportunidad de actuar de forma efectiva en la solución a los problemas de la sociedad. En este caso, dos organizaciones sin vinculación política alguna, Nueva Cultura por el Clima y el Centro de Estudios en Bioderecho, Ética y Salud (CEBES) han aunado esfuerzos y coordinado a un relevante conjunto de profesionales, investigadores y técnicos de distintos ámbitos para redactar una proposición de Ley de Cambio Climático en la Región de Murcia.

La iniciativa pretende ser pionera a nivel mundial y constituye una excelente oportunidad para dar un paso adelante de forma valiente y decidida en una región donde no podemos mirar para otro lado cuando se habla de cambio climático. Es además una inmensa fuente de oportunidades para generar importantes efectos colaterales como aire más limpio, puestos de trabajo de calidad, energía más barata, y ciudades más habitables, por citar algunos.

La sociedad murciana debe responder a cuestiones como la adaptación de la agricultura a un clima más árido, a la irrupción imparable de las energías renovables o a olas de calor más frecuentes e intensas y sus efectos sobre la salud. Esta ley se ha diseñado para dar respuesta a este tipo de cuestiones. Una ley que es el referente y el instrumento clave de coordinación para actuar frente al cambio climático. No se puede esperar a que sea demasiado tarde, como ha ocurrido en el Mar Menor.

El proceso ha sido arduo y a costa de la labor desinteresada de ciudadanos comprometidos. Se comenzó revisando los marcos legales vigentes, al amparo de los Acuerdos de París, así como los precedentes de leyes de cambio climático de diferentes estados. Sólo contamos en nuestro país con anteproyectos de ley que no han pasado aún el trámite parlamentario, como ocurre con los casos del País Vasco, Andalucía o Cataluña. En el camino se han ido cometiendo y subsanado errores una y otra vez, se han sorteado escollos y ha sido necesario retroceder y redefinir una y otra vez hasta dar con un texto altamente contrastado.

La ley que presentamos, y que se puede consultar íntegramente en la web http://www.nuevaculturaporelclima.org/ configura el marco legal y normativo para que, desde su aprobación, todas las políticas y estrategias puesta en marcha en nuestra región, contemplen el cambio climático. Fija un objetivo de reducción de gases de efecto invernadero del 40% en 2030 y el 80% en 2050, con respecto a las emisiones en 1990.

Propone una Estrategia de Cambio Climático para la Región de Murcia con programas de reducción de emisiones, de adaptación y de educación y capacitación climática.

Bien desarrollada, permitirá la transición hacia una economía descarbonizada y más eficiente.

Por otro lado, el programa de adaptación es, simplemente, imprescindible para nuestra supervivencia como sociedad cohesionada. El clima va a cambiar. Punto. Más calor, menos agua, más escasez... Podemos obviar esto de manera insensata y suicida o podemos enfrentarlo con decisión.

Mención aparte requiere el programa de educación, formación y 'capacitación climática'. El mayor recurso de nuestra región son los murcianos. Una sociedad bien formada y capacitada para enfrentarse al cambio climático, que sepa cómo superar las adversidades, que tenga un criterio formado a la hora de tomar decisiones en temas como la energía o la agricultura y, sobre todo, con capacidad para innovar en un sector que está llamado a ser una prioridad internacional.

Es el momento de apelar a la responsabilidad de nuestros políticos. En este momento nuestros diputados regionales tienen en sus manos la excelente oportunidad de pasar a la historia como aquellos que dieron un certero cambio de rumbo cuando la nave estaba a punto de colapsar. No quedan excusas. Se les ha regalado un texto bien elaborado, contrastado, perfectamente asumible y aplicable.

Confiemos en que estén a la altura.