Cuando hablamos de progreso y crecimiento económico no solo debemos referirnos a empleo, empresas, infraestructuras e impuestos. Para el Partido Popular, la protección del medio ambiente también ha de cumplir un papel básico en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Porque no hay auténtico progreso económico si no se traduce en que todos vivan mejor y se respete el medio natural. Por tanto, crecimiento económico, bienestar social y protección de la naturaleza son tres factores que nunca deben interponerse entre sí, sino todo lo contrario: reforzarse mutuamente.

En el caso concreto de la Región de Murcia, los valores medioambientales que atesoramos hacen que nuestro patrimonio natural sea considerado como uno de los más interesantes desde el punto de vista de la biodiversidad, y que de hecho se haya convertido en una fuente de riqueza más para la Región. El mismo presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha dejado meridianamente claro que la política medioambiental es una parte fundamental de su plan para hacer realidad esa Región que se merecen todos los murcianos. Y para alcanzar ese necesario y virtuoso equilibrio entre progreso económico y respeto al medio natural es necesario aunar cuantos esfuerzos y recursos sean necesarios.

El Mar Menor es sin duda el gran activo de nuestro patrimonio natural, y de ahí nuestro firme compromiso con su recuperación y preservación. Bajo la política del "vertido cero" que hemos logrado consolidar, son ya más de cuarenta las actuaciones que se han puesto en marcha: tanques de tormentas, monitorización continua de parámetros de calidad del agua, la red de humedales€ Fruto de todas estas medidas, la mejoría del estado de la laguna es clara y evidente, como puede comprobar cualquiera ´in situ´. Lo cual no quiere decir que hayamos cumplido y alcanzando ya todos los objetivos, bien al contrario, hay que perseverar en su protección, tanto por conciencia medioambiental, como por su papel de joya tractora de la economía del turismo de la Región.

Asimismo, iniciativas del Partido Popular como una Ley de Patrimonio Arbóreo Monumental pionera en España han situado a nuestra Región a la vanguardia, no solo en protección del medio natural, sino en concienciación social acerca de su importancia. Y es que los árboles monumentales ofrecen numerosas posibilidades dentro del ámbito de la educación ambiental y del desarrollo sostenible. El interés y el aprecio que inspiran son un valioso punto de partida para concienciar a la sociedad del respeto que debemos al medio natural.

Además de su valor medioambiental, el patrimonio arbóreo constituye un elemento más de nuestra identidad, forma parte de nuestra historia y nuestra cultura y debemos trabajar por evitar su degradación y favorecer su conservación. En suma, se trata de que el patrimonio arbóreo monumental cumpla una función educativa, cultural, social y económica, lo que a su vez nos permite fomentar el desarrollo sostenible de los lugares en los que se encuentren.

Nuestra implicación en la lucha contra el cambio climático, el mayor desafío ambiental, económico y social, ha de mantenerse y reafirmarse. Y ahora más que nunca. Tal y como anunciara el presidente del Gobierno de la nación, Mariano Rajoy, gracias al Acuerdo de París y una nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, España seguirá avanzando hacia un modelo de consumo y producción sostenible. Nuestro país está a la vanguardia en energías renovables y apuesta firmemente por la energía barata, limpia y sostenible, y tenemos el talento y la voluntad de convertirnos en un referente en la transición energética y la lucha contra el cambio climático.

El medio ambiente es un patrimonio natural de incalculable valor y hoy, Día Mundial del Medio Ambiente, debemos reivindicarlo como una fuente vital de recursos y servicios que hay que preservar. Sobre todo en beneficio del centro de todas nuestras políticas, que no es otro que la persona, dado el empleo y el bienestar que es también capaz de generar la protección y cuidado del medio natural. Queda mucho por hacer, y de nosotros depende el legado que dejemos a las próximas generaciones.