La Región de Murcia soporta gran parte de su economía en la agricultura y en el turismo, y esos dos pilares económicos se verán seriamente afectados, en las próximas décadas, por el cambio climático que no cesa. Tanto la subida de las temperaturas, como el ascenso del agua del nivel del mar, junto con la alteración de los ecosistemas, sequías y escasez de agua potable, puede afectar gravemente a nuestra Región, no solo por las consecuencias sociales y económicas, sino también, por las posibles migraciones humanas y problemas para la salud.

El cambio climático o calentamiento global es el problema ambiental más importante a corto, medio y largo plazo que existe en nuestro planeta, que amenaza a las generaciones futuras, como consecuencia de mantener un desarrollo insostenible, cuyo origen es antropogénico, es decir, generado por los humanos, y además es irreversible. Básicamente, consiste en el progresivo incremento, en intensidad y frecuencia, de los fenómenos meteorológicos de nuestro planeta.

Conviene señalar que sobre el cambio climático no se puede ni se debe frivolizar. Por eso, ni caigamos en el catastrofismo apocalíptico, ni en decir que aquí no pasa nada, ya que la comunidad científica acepta la existencia del cambio climático, porque así lo indican los datos de los informes del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Este organismo científico, adscrito al Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, presento su último informe (Quinto Informe de Evaluación-AR5) en Copenhague (Dinamarca), el 2-11-14, el cual fue elaborado por 830 científicos, de 85 países, y más de 30.000 artículos científicos consultados.

Dado el estado de globalización al que hemos llegado, cualquier medida que se tome en los llamados países ricos tiene consecuencias en el resto del mundo. Este efecto transfronteras, como ocurre con la contaminación, es una de las características principales del cambio climático. Por eso, ante el calentamiento global no cabe el quedarse en el lamento, ni en el desánimo; y es imprescindible la colaboración y la solidaridad internacional, tanto de los Estados que han provocado esta situación, como los que han contribuido en menor grado.

El cambio climático trasciende la barrera de problema medioambiental para convertirse, por sus consecuencias, en un grave problema social, económico y político, con impactos negativos en los sistemas naturales y socioeconómicos, ya que puede tener efectos dramáticos sobre la vida individual, colectiva y la seguridad global.

Por eso, debemos exigir a nuestros políticos, que con la mayor urgencia posible, desarrollen la normativa adecuada, para minimizar los efectos de ese fenómeno, que afectará más a España, que a otros países, por si situación, y dentro de España, la Región de Murcia será mucho más vulnerable, según el V informe generado por el IPCC. Pero no basta con que los Gobiernos e Instituciones legislen e implementen las medidas adecuadas para paliarlo, ya que es fundamental la colaboración ciudadana, porque sin ella es imposible vencer a este gigante invisible llamado cambio climático.

El fenómeno del cambio climático solo puede ser solucionado si existe un auténtico compromiso por parte de la sociedad, formando a personas responsables de sus actos cotidianos y de sus hábitos de consumo, dado que no vive mejor el que más tiene, sino el que menos necesita. Por esta razón, resulta crucial introducir en las aulas de los centros educativos la problemática del cambio climático, por ser los alumnos personas en período de formación, tanto en conocimientos, como en valores y actitudes, y, sobre todo, por ser la juventud el motor de cambio de cualquier sociedad. Todos los centros educativos deberían incluir en su Proyecto Curricular de Centro la problemática del Calentamiento Global, ya que la educación permite la adaptación de las personas al entorno en el que se desenvuelven, preparándolas para un desarrollo integral y una vida personal satisfactoria, que puedan disfrutarla con responsabilidad.

Es fundamental que los ciudadanos se comprometan éticamente con el Medio Ambiente, ya que el desarrollo de determinados hábitos de consumo puede ser la clave para ganarle la batalla al cambio climático, porque «toda persona tiene el poder de cambiar el mundo y, a su manera, cada persona lo hace», y como cita el político y filósofo inglés Edmund Burke: «El mayor error lo comete quien no hace nada porque solo podría hacer un poco».

Finalmente, recordemos que la ciencia permite adquirir conocimientos y estrategias útiles para nuestra vida cotidiana, que van a permitir desarrollar la imaginación y la creatividad. Como afirmaba Carl Sagan: «Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología y en la que nadie sabe nada de estos temas. Ello constituye una fórmula segura para el desastre».