Estimado alcalde, muchos antes que usted lo han intentado. Han intentado hacer del victimismo una acción política y al cabo del tiempo se han dado cuenta de que eso no ha llegado a ningún lado porque las cosas no son siempre como uno las siente y tampoco suelen ser como uno las interpreta con sus visiones sesgadas y parciales. Se ha descolgado usted esta semana con una frase lapidaria, que ha dejado ojipláticos a sus paisanos y también a los ciudadanos de este lado del Puerto de la Cadena. «Murcia nos roba» recuerda mucho a ese otro «España nos roba» del ya no honorable Jordi Pujol, el patriarca venido a menos que bien podría haber sustituido la palabra España por 'mi familia', presuntamente claro, que aún su clan no ha sido condenado en firme.

Ese «España nos roba» ha sido usado también por los independentistas catalanes cuando les ha convenido, pero los recortes aplicados por el Gobierno de la Generalitat y el nido de corrupción que se gestó durante décadas en sus despachos provocaron que el eslogan cayera en desuso. Eso le puede pasar a usted también si no tiene cintura ni medida. Un abuso de su concepción de víctima de una gran ciudad como es Cartagena, trimilenaria y con grandes posibilidades, puede hacer en el personal el efecto contrario, sobre todo, si como en este caso, está ampliamente justificado que la capital de la Región se haya llevado los fondos Feder para seis proyectos.

Hay que tener en cuenta varios aspectos antes de decir que Murcia o los políticos murcianos le roban a los cartageneros. Y debe ofrecer toda la información para que no le acusen de manipular ni tergiversar. La capital de la Región ha logrado esos fondos a la tercera, es decir, que dos veces antes sus propuestas fueron rechazadas, lo que llevó a que el actual Gobierno local y los funcionarios municipales se emplearan a fondo y tuvieran que poner toda la carne en el asador. Además, como el mismo alcalde Murcia, José Ballesta, reconoció a sus más allegadas ha sido un camino muy duro hasta conseguir esos 14 millones de fondos Feder, procedentes de la Unión Europea. En este punto habría que preguntarle si puede Cartagena decir lo mismo y si la administración que regenta cumplía en sus planteamientos todos los requisitos.

Otro detalle a tener en cuenta es que la selección y decisión final no se toma en el «corralito regional», que dirían algunos. La toma de decisiones sobre estos proyectos trasciende las fronteras del reino y un grupo de técnicos de distintos departamentos del Gobierno central hacen la criba y los pertinentes informes, por lo que las sospechas de amiguismo o enchufe no vienen al caso (por si lo pensara en su fuero interno).

A Murcia le han caído 14 millones en esta lotería de la Unión Europea, una cantidad que al común de los mortales le puede parecer elevada. Sin embargo, para seis proyectos de ciudad y para una urbe con casi 400 millones de presupuesto anual tampoco se antoja algo descomunal. La pena es que tanto a Ballesta como a usted le ha tocado la época de las vacas flacas. El anterior alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara, que tuvo en sus manos el bastón de mando veinte años, le cayeron más millones y solo para dos proyectos: seis millones para la pedanía de La Purísima (antes denominada Barriomar) y más de nueve millones para el Espíritu Santo, en Espinardo. Como ve, 15 millones en ambas iniciativas.

Y ya puestos, podríamos decir que la capital de la Región también está discriminada por parte de los distintos gobiernos, tanto regional como nacional. Solo hay que asomarse a las vías del tren en la zona sur para contemplar con tristeza y ansiedad la gran herida que es el ferrocarril y la gran cicatriz que se abrirá cuando llegue el AVE con un soterramiento parcial. Siguiendo con el victimismo del que Cartagena hace gala, también podemos citar grandes proyectos que llevan estancados años en la capital, como la ZAL, la autovía del bancal, el aeropuerto sin aviones (en territorio murciano), el apoyo al Polígono Industrial Oeste (en su día uno de los más grandes de España), el plan de infraestructuras de la zona norte, la ampliación de la macrodepuradora de Rincón de Gallego, la recuperación de los vestigios musulmanes, algunos de ellos únicos en el mundo... Cada uno tiene su lista. Por nadie pase.