Aunque resulta muy difícil calcular lo que le cuestan las cirugías a nuestro sistema sanitario porque depende de diversos factores, existe un cálculo básico sobre este aspecto que resulta muy clarificador. Con las cifras que les voy a proporcionar no pretendo marearles, pero es importante que las conozcan para que entiendan lo que les quiero decir a continuación. Vamos allá.

Entre las operaciones más comunes (y teniendo en cuenta el gasto básico sin complicaciones), estarían: cataratas, 993 euros; retina, 1.773 euros; prótesis de cadera, 7.227 euros; prótesis de rodilla, 5.910 euros; partos, 3.825 euros; cesáreas, 1.875 euros; válvula del corazón, 26.151 euros; bypass, 23.595 euros; marcapasos, 7.034 euros.

En lo que respecta a las operaciones más caras, estarían: trasplante de médula, 137.181 euros; injerto de piel, 119.578 euros; implante de un desfibrilador, 100.004 euros; doble trasplante de hígado e intestino, 94.551 euros; doble trasplante cardíaco-pulmonar, 93.590 euros; injertos, 73.239 euros; reparación cardiotorácica, 69.387 euros; trasplante de riñón, 64.165 euros; craneotomías 59.725 euros; trasplante de páncreas, 58.488 euros.

Nuestra salud, sin lugar a dudas, es lo más importante que tenemos en nuestra vida, y resulta vital que sepamos el gasto que supone a las arcas del Estado los gastos de las operaciones en nuestro sistema sanitario. Sin embargo, esto no es lo que realmente me preocupa.

Hace un par de días, en las noticias de todos los diarios nacionales, salía la noticia de que Marta Ferrusola, la mujer del honorable Jordi Pujol, se hacía llamar en la trama familiar ´la madre superiora´. Con este apodo, esta buena mujer movía presuntamente dinerito fresco de unas cuentas a otras. Dinerito, por cierto, presuntamente robado a las arcas públicas. Sobre este asunto de la trama de los Pujol, esta semana los periódicos publicaban una nota manuscrita presuntamente por esta mujer que decía: «Reverendo mosén, soy la madre superiora de la congregación, desearía que traspase dos misales de nuestra biblioteca a la biblioteca del capellán de la parroquia. Ya le dirá dónde se tiene que poner. Muy agradecida. Marta».

Según los investigadores, los dos misales corresponden a dos millones de pesetas y el capellán, a su hijo primogénito.

Pues bien, si enlazamos las dos noticias, tendríamos lo siguiente. Según algunos diarios, la trama de los Pujol asciende (como mínimo) a 3.300 millones de euros. Ese dinero supone ni más ni menos que 51.562 trasplantes de riñón. O 126.923 válvulas de corazón. O 550.000 rodillas operadas. O 471.428 marcapasos. O el nacimiento de 868.421 niños.

Nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros hijos tienen que soportar enormes listas de espera para ser operados o atendidos en los hospitales públicos. Incluso algunos de ellos mueren esperando. O los llaman para hacerles una prueba cuando ya están muertos. Los Pujol, los Rato, los Urdangarin, los González€ todos ellos, indirectamente, matan a gente con sus robos al Estado. Una presunta carta de Marta Ferrusola, una sola carta, escrita entre risas y sentada cómodamente desde un sofá de 3000 euros, supone ni más ni menos que el corazón de una persona. Una simple carta.

Por eso, a toda esta gentuza impresentable, en vez de enviarles dos misales, lo que había que enviarles son dos misiles en plena jeta.