El diputado Francisco Bernabé me ha bloqueado en Twitter. Siento estropearles el café de tan buena mañana con tan terrible noticia, pero es que este hecho me ha sorprendido. El político del PP no entendió el rechazo unánime que recibió sus declaraciones sobre legalizar la amputación del rabo de los perros de caza, se ve que tampoco la mía, y, como buen demócrata que acepta las críticas, bloqueó a diestro y siniestro cuentas en Twitter. Creo que es indefendible el argumento de cortar la cola a un perro porque «puede dañar con asiduidad al dueño al moverlo impulsivamente», no sé si alguien en la trastienda del grupo popular en el Congreso le obligó a esgrimir ese razonamiento ante la Cámara Baja, pero es ilógico. Esta semana se ha conocido que el PP de Murcia apoyó una nueva ordenanza municipal que prohíbe la mutilación de los rabos perrunos, al igual que sus cuerdas vocales o sus orejas. Si ya le llovieron críticas por entonces, ahora ni su propio partido se posiciona a su favor, lo que lleva a hacernos la idea de que Bernabé tiene la misma utilidad en este asunto que el rabo de un perro para cierto sector del PP. Me imagino que nunca se le ha acercado ningún perro con la cola de un lado para el otro al alegrarse por verlo, pero si lo experimentara dejaría de mantener la actitud del trabalenguas. El perro de San Roque no tiene rabo porque Francisco Bernabé se lo ha cortado.

Por cierto, esta misma ordenanza prohíbe tener más de cinco canes en zona rural, y el nuevo presidente López Miras tiene seis en su casa de La Arboleja. Veremos cómo solventa este asunto de perros.