Uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX, el argentino Jorge Luis Borges, explicó durante una entrevista que la amistad no necesita frecuencia. En su aparición televisiva, allá por el año 1980, Borges dijo que el amor sí necesitaba frecuencia, pero que la amistad puede prescindir de ella. «El amor, en cambio, está lleno de ansiedades, de dudas, donde un día de ausencia puede ser terrible», dijo. El escritor reconoció que tenía amigos íntimos a los que veía tres o cuatro veces al año. Así como que uno de sus mejores amigos se casó y se le olvidó decírselo. Borges explicaba que hablaba con él de temas generales, y que su amigo era muy tímido también. Para ellos, contar algo personal era una impertinencia. Así que nunca se hicieron confidencias. Por lo que, para el argentino, la amistad puede prescindir de estos secretos. Sin embargo, el escritor dijo que el amor no, ya que si no hay una confidencia, uno ya lo siente como una traición. Paradójicamente, la viuda de Borges, María Kodama, consideró en 2006 que era 'una cobardía' la publicación de las confidencias que su marido le hizo a Adolfo Bioy Casares, que era amigo de Borges. Una de esas confidencias era que el escritor vivía temiendo enojarla.