¿Será así ahora lo de hacer el amor? Es de noche. Cerca de mi casa, en un sitio algo apartado, veo un coche parado con los cristales poco transparentes por el vaho. Observo dos cabezas dentro. Me huelo que una pareja se ha situado allí para tener intimidad. Paso al lado del coche y no puedo evitar mirar. Efectivamente hay una chica y un chico. Están sentados en sus asientos y cada uno de ellos sostiene su móvil en una mano mientras que con la otra están tecleando.

Valoraciones. Viendo el debate de investidura el jueves, llegué a las siguientes conclusiones: Urralburu es un gran diputado, un político que defiende muy bien sus ideas cuando sale al estrado. Víctor Martínez da la talla, habla muy bien, es correoso y joroba lo suyo a la oposición, aunque el detalle del camioncito podría habérselo ahorrado. Miguel Sánchez ha mejorado mucho, aunque le falta densidad a lo que dice y es mejor cuando utiliza un lenguaje más técnico que cuando se pone dicharachero. Tovar tiene momentos buenos, por ejemplo, cuando habló de sus cotizaciones a la Seguridad Social y las comparó con las de algunos del PP, que todavía no han roto a trabajar, pero a menudo se pierde y se echa de menos un mayor calado político en alguien de su edad. Y López Miras tiene todo un duro camino por delante para dejar los papeles que lee a un lado, y lanzarse al debate con sus oponentes, para que podamos ver cómo funciona, y sí funciona.

Para que sea él. Si yo fuera FER, el nuevo presidente de esta Comunidad, la primera decisión que tomaría sería cambiar por lo menos al 75% del gobierno: consejeros, directores generales y hasta personal de tropa incluido, y nombrar gente nueva y de su confianza. Para que se viera que él es él, y no eso que se dice por ahí, que él no es él, sino el otro diciéndole cosas por el pinganillo.

Cambio del tiempo. Ha sido curioso ver cómo el paisaje urbano de estos días ha cambiado completamente con relación al principio de la semana. De ver a chicas con camisetas de amplios escotes y a chicos con pantalones cortos, enseñando el tatuaje de las piernas aún supurando y enrojecido, hemos pasado a contemplar a la gente con el chaquetón o la parka ya algo usados de más, el gorro de lana para los afeitados de cabeza, los cuellos con bufandas enrolladas y las botas altas abrigando las canillas. Parecía que estábamos en enero.

Chiste. En un bar, un hombre está contando chistes. Este me hizo gracia: «El capataz de una obra está hablando por teléfono muy agitado. Cuelga, y, gritando a los trabajadores, dice: ´¡Escuchadme todos! ¡No pongáis un ladrillo más! Estamos en la quinta planta y acaban de decirme que nos hemos equivocado de solar´».

Se cena atún a pesar de todo. Me encuentro en la puerta del mercado de Verónicas con un amigo que va muy rápido, con la cara muy seria. «¿A dónde vas, muchacho?», le pregunto. Se para y me contesta: «Calla, que vengo supercabreado. He comprado aquí pescado hace un rato. Me he ido al supermercado, y, como solo necesitaba una cosa, he dejado la bolsa del pescado encima de las taquillas, sin meterla dentro. Y, cuando he vuelto, no había nada. Me han robado el pescado. Y ahora voy a comprar más. ¡En mi casa se cena hoy atún frito con tomate y pimientos porque quiero yo!», me dice.

Pobre hombre. Un comerciante de mi zona, con voz chulesca, se dirige a mí: «¡Los mejores michirones se hacen en Murcia, y no en Cartagena!» Lo miro con lástima.

Monarquías apreciadas. En el Reino Unido, la gente celebra por todo lo alto el cumpleaños de su reina Isabel II. En Holanda, el rey Guillermo se ha dado un baño de masas por su cincuenta cumpleaños. Y para qué voy a decir nada de lo que pasa en Suecia. Aquí, Felipe VI cumple años y como si los cumpliera su prima. Hay que ver cómo somos.

Lo que ha hecho la Juana Mari. Una mujer a otras dos, en la calle: «La Juana Mari ha mandado al marido a tomar por culo».

Fiesta guapa. Mañana, lunes, voy a Caravaca. Me gusta mucho la fiesta de los Caballos del Vino. Estéticamente es una preciosidad. Y los caravaqueños muy buena gente. Además, tengo familia allí. Será un buen día, como siempre que he ido.