"Pagarás menos por la entrada que por las palomitas, solo 2,5 euros", dice un eslogan publicitario de la Filmoteca Francisco Rabal. Se trata del cine en versión original, de un trabajo bien hecho de quienes tienen el cuidado de mantener el prestigio de la Filmoteca: Ángel Cruz, su director, y Juan Bautista Sanz, responsable, entre otros cometidos de restaurar y mantener el tesoro de aquel archivo regional, como patrimonio cultural que es.

Hacen ahora trece años de su fundación. Y eso fue después de que Ramón Luís Valcárcel, quien fuera presidente del Gobierno, nos llamaba a su despacho a Joaquín Cánovas, como profesor de cine, y a mí mismo, como amigo de Paco Rabal, para decirnos que le aconsejáramos sobre lo que se podía hacer por la memoria de nuestro querido actor. En aquel entonces le dijimos, entre otras cosas, que se vendía el cine Salzillo, que podría ser la sede de una filmoteca regional que llevara su nombre. Y le pareció buena idea, y se creó la que es hoy una de las mejores filmotecas de este país, inaugurada el 27 de abril de 2004.

Con ciento veinte películas visionadas al trimestre, la filmoteca ha duplicado en asistencia, pasando de 22.000 personas trimestralmente a cerca de 100.000 al año. Todo un récord de interés por el trabajo que se desarrolla en ese lugar ya tan emblemático, que se ha encargado, además, de la recuperación del patrimonio fílmico regional. Entre los documentos más antiguos de esta recuperación cultural hay uno que data de 1903, entre varios de los más interesantes que conforman esta historia valiosísima de restauración de los materiales fílmicos, también en la misma filmoteca.

Francisco Rabal estaría orgulloso del trabajo desarrollado en su casa cultural, con dos salas magníficas y unas programaciones que, al decir de una de las personas que frecuencia estas salas, y que era también muy amigo del mismísimo Paco Rabal, Gabriel Batán, son inmejorables, no sólo por la calidad de las obras expuestas sino por la de las reproducciones. Y a ello hay que sumar que, aparte de los pases sobre ciclos de grandes directores y actores, se toma en consideración la opinión de participación de las personas que van a sus cines; y es un ejemplo que hace unos días, por elección y votación popular, se visionó El apartamento, de Billy Wilder, con lleno total, como viene siendo costumbre.

La filmoteca restaura y proyecta también parte de su archivo documental relacionado con la historia y la cultura de la Región, además de los ya señalados y famosos ciclos cinematográficos que convierten a Murcia en una alternativa cinéfila sin parangón, donde, también se custodian más de un millar de grabaciones del NO-DO en los que aparece la Región de Murcia. Y es en la filmoteca, foco de cultura, arte y dinámica social, donde se hacen presentaciones de libros, simposios, homenajes, conferencias, todo ello desde la certera investigación y la necesaria divulgación de este buque insignia del cine en nuestra Región.

Felicidades, por tanto, a los que mantienen tan interesante servicio público, que lleva el nombre de nuestro actor más internacional, Francisco Rabal, el que de buen seguro estaría orgulloso de esta su casa, donde convendría estudiarse la posibilidad de que todo lo concerniente con dicho actor estuviese tutelado también y definitivamente por dicha filmoteca.