No existe queja posible, pues el invierno nos abandonó después de pasarnos por agua y nieve en cantidades que la memoria apenas alcanza a recordar. Hemos iniciado abril, en la estación más cantada y ensalzada por las plumas más ilustres que ha dado esta tierra a lo largo de su historia. Teóricamente abril es el mes de la aguas mil, aguas que se dejan caer y no siempre a gusto de todos, nazarenos que buscan el esplendor del sol y huertanos que siempre ven con buenos ojos la lluvia que salve sus cosechas . Aquí o llueve en abril o hay que aguardar a los inicios del otoño para ver si llueve algo. Ya lo decía el inolvidable Baldo: En Murcia llueve poco, pero cuando llueve, llueve agua.

Con suerte nos aguardan días espléndidos primaverales, ésas jornadas en las que es un placer pasear y retozar al sol por nuestras calles y avenidas. Tomar el aperitivo en el Café-Bar de Alfonso X El Sabio, la cristalera que regentan desde hace cincuenta años (tras sucesivas generaciones familiares) Pedrín, Pepito (convertido ya en pasivo) y Pencho, lugar unido a la juventud de la mayoría de los murcianos de hoy y que se convierte en cita obligada en las fiestas que ya están aquí. Tomar unas cañas y la insustituible marinera se está convirtiendo en algo demasiado escandaloso para algunas mentes perversas, que se lo digan si no al magistrado Julián Pérez Templado, que lleva más de cuarenta años disfrutando de la rutina del sol, la caña y la ensaladilla en compañía de los mismos amigos en Alfonso X, que tras ser retratado a hurtadillas en tan feliz menester, ahora resulta que estaba cometiendo un pecado mortal. De seguir así y según el criterio de algunos, la carrera judicial debería de equipararse a los cartujos de San Bruno y vivir en monástica clausura tras lograr la nada fácil oposición. Son muchos, entre los que me encuentro, los que solicitan ahora fotografiarse con el magistrado, a las puertas de la popular cristalera, buscando quizás efímera fama al sol radiante de una Murcia que rompe en primavera.

Sí, abril se ha iniciado con un fuerte chaparrón y no de agua; terreno abonado para los mentideros y analistas políticos. Murcia, viene siendo protagonista desde hace semanas en las portada de los telediarios y tertulias nacionales, allí donde abundan los sabihondos, debido a la investigación que se sigue al presidente PAS. Asunto curioso el del protagonismo regional, después de permanecer en el ostracismo más absoluto desde hace décadas, silencio tan profundo que incluso nos hizo desaparecer, prácticamente, de los partes meteorológicos. Habría que preguntar a las manos negras, beneficiarias de la propaganda política escandalosa por el interés que les mueve. Podrían menear a los medios de comunicación de igual manera cuando la región reivindica agua, infraestructuras o cuartos que alivien nuestras necesidades más imperiosas, o dando a conocer algún éxito o hecho feliz. El Gobierno se gana en las urnas y no con un tambor.

La presunción de inocencia es un derecho que a todos atañe y que va más allá de los intereses particulares y de partido. La política se impone e incluso llega a empachar, máxime cuando todo queda en una política que no resuelve los problemas puntuales de la ciudadanía, que no son pocos. El «vuelva usted mañana» que el político de turno está resolviendo sus problemas o creándolos, sigue vigente. Buen chaparrón tenemos en este abril recién iniciado, ahora cuando todo reverdece y las yemas de los árboles rompen cuajadas de vida aunque algunos se empeñen en amargarnos la existencia.