El patio está revuelto últimamente a causa de temas diversos que, a primera vista, nadie discutiría si no fuese porque la indolencia intelectual de muchos de ´nuestros´ políticos cada día es más que evidente. En cada una de sus acciones, declaraciones y postureos las meteduras de pata son sus señas de identidad. Los más destacados en estos menesteres son los agrupados bajo el epígrafe de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. Estos chicos y chicas creen que todo consiste en prohibir, en hablar sentando cátedra (cátedra de la que carecen) y, lo más triste, desconocer el país donde viven.

El Parlamento Balear ha acordado instar al Gobierno y al ministerio de Defensa para que dejen de organizar actos civiles de jura de la bandera en Baleares y el resto del país por considerar, entre otras lindezas, que generan «división social». ¿División social? ¿Por qué? Yo hice la mili y lógicamente juré la bandera de España. Muchos años después, como civil, reiteré mi fidelidad y compromiso con la patria (sé que a muchos y muchas no les gusta esta palabra). Lo hice totalmente consciente de mi acto, acompañado de otras muchas personas; al acabar no observé en la calle ninguna división entre el pueblo y los que habíamos jurado. Cuando llegué a casa y hablé con mis vecinos sobre el tema, no me miraron mal ni me discriminaron. ¿Qué malo hay en que estos actos se sigan celebran en total libertad? Hasta donde yo sé a nadie se le obliga. Lo que me da miedo son los políticos que reniegan de la bandera y los símbolos representativos de España.

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha defendido que RTVE retire de su programación las misas católicas, tal y como pide su partido en una proposición no de ley, asegurando que España es un país aconfesional y la televisión pública «no es el espacio más sensato para ritos religiosos de cualquier tipo». No entiendo muy bien el por qué. En el escrito que Podemos presentó al Congreso dicen que «en España conviven personas de muchas ideologías y de distintas creencias religiosas: católicas, islamistas, evangelistas, ortodoxas, ateas, agnósticas o judías». Ahora bien, el Centro de Investigaciones Sociológicas del pasado mes de febrero indicaba que el 70,2% de la población española se considera católica frente a tan solo un 15% que dice no profesar ninguna religión. ¿Hace algún daño dicha retransmisión? ¿Por qué se oponen? ¿Por qué quieren prohibirlas? Me parece que no lo tienen muy claro cuando la marca blanca de Podemos, por ejemplo, en Galicia, En Marea, sí que estaría a favor de la retransmisión de la misa de los domingos en la televisión pública autonómica, la TVG, porque ofrece «un servicio normalizado desde el punto de vista de la lengua», en este caso el gallego. Por lo menos es curioso, parecen pepitos grillos€ en gallego sí, en español no. ¿Qué tienen en contra de la lengua madre?

Sólo les voy a pedir una cosa, a ellos y al resto de los partidos: trabajen y hagan propuestas serias en el Congreso para que sean debatidas democráticamente. Déjense de charlotadas y enfrentamientos estériles; respeten al contribuyente que es el que les paga sus magros, muchas veces no merecidos, honorarios puntualmente. Sean humildes, pues también hablan en televisiones públicas y a muchos les gustaría que no lo hicieran.

La utilización del velo en la esfera pública sigue siendo motivo de debate en Europa. El Tribunal de Luxemburgo ha respaldado la posibilidad de que empresas prohíban el uso del pañuelo islámico en horario laboral. La Justicia europea estima que las compañías pueden limitar la exhibición de símbolos religiosos o políticos en sus códigos de funcionamiento interno, pero deja en mano de los jueces de cada país interpretar cuando es discriminatoria la prohibición.

Aquí tenemos un auténtico problema€ cuestiones religiosas, cuestiones culturales propias del islam. Que alguien me corrija pero me parece que el Corán no contempla el uso de esta prenda. ¿Signo de identidad y de religión? Yo ni me opongo ni no me opongo, me da lo mismo, siempre que no obliguen a otras mujeres, pero lo que no admito es el velo integral, no sé quién va cubierto.