El pasado fin de semana ha sido muy movido en términos políticos en la Región de Murcia. El PP ha celebrado su congreso regional y ha encumbrado de forma muy mayoritaria a Pedro Antonio Sánchez como nuevo presidente. Se esperaba que designase a López Miras como coordinador general, pero muy pocos sabían que la secretaría general recaería en Maruja Pelegrín. Un detalle que solo interesará a los universitarios es que para la secretaría de Universidades ha sido propuesto Luis Javier Lozano, profesor de la UPCT que hizo un excelente trabajo como director general de Universidades en la etapa de Pedro Antonio como consejero de la materia. Es obvio que lo ha elegido directamente el presidente.

Por otro lado, Susana Díaz, una futura candidata a presidir el PSOE, ha visitado Cartagena. El acto fue un éxito, con el aforo repleto y una ardorosa presentación a cargo de Ana Belén Castejón, próxima alcaldesa de la ciudad. El señor Tovar tuvo la cortesía de asistir y fue premiado con una mención pública por ello, pero los mayores y más insistentes elogios fueron los dedicados a Rosa Peñalver, que preside la Asamblea Regional, y a María Antonia Martínez, que presidió la Región de Murcia. Hay especulaciones para todos los gustos, pero lo cierto es que Susana dio impresión de solidez política y tuvo el refinado gesto expresivo de apoyarse en el masculino inclusivo, como solía hacerse en el castellano tradicional: nada de compañeros y compañeras; con lo primero bastó.

Más discreta ha sido la tercera operación: Miguel Sánchez y otros dirigentes regionales de Ciudadanos viajaron a Madrid para recibir instrucciones sobre qué hacer en Murcia. Visto que el PP no acepta la dimisión de Pedro Antonio y que también ha descartado la moción de confianza, solo queda como alternativa inmediata a la situación actual apoyar alguna moción de censura. Y digo apoyar porque se precisa el 15% de los diputados regionales para poder presentarla y ese requisito solo lo cumplen el PSOE y el PP.

Hasta ahora ha sido difícil que PSOE, Podemos y Ciudadanos se hayan puesto de acuerdo en la moción de censura. Hay varios motivos para ello. El primero y más manifiesto es que Ciudadanos solo querría la moción de censura para proceder a convocar de inmediato elecciones regionales, mientras que PSOE y Podemos quieren que sea para imponer a un candidato, previsiblemente del PSOE para gobernar los dos años que quedan de legislatura.

Unos y otros tienen motivos para defender sus contrapuestas tesis. Los de Ciudadanos no parecen estar muy ilusionados con permitir que gobierne Tovar, máxime cuando están pendientes las primarias del PSOE y no está claro que vaya a ganarlas Patxi López, el candidato actual in pectore de Tovar. Pero es que, además, los dirigentes regionales de Ciudadanos saben que, en caso de elecciones, serían ellos los designados como candidatos y esperan que la supresión de circunscripciones en la nueva Ley electoral les beneficie. Ningún motivo para no ir a elecciones: cumplen su palabra de descabalgar a los investigados en Murcia (Andalucía es otra historia), repiten como candidatos y obtienen más escaños. Jugada perfecta.

No ven así las cosas los de Podemos. Es incierto si mejorarían sus resultados electorales y es muy probable que el equipo de Urralburu no repitiese. Es bien sabido que se alineó con Errejón, que ha sido barrido por las huestes pablistas. Y también es bien sabido cómo se las gastan los ganadores de Podemos con los derrotados. Ignoro la opinión que tendrán los dirigentes regionales podemitas de Tovar, pero sospecho que les daría lo mismo apoyarlo que apoyar a otro candidato del PSOE. El caso es desbancar al PP, (no solo a Pedro Antonio) y no acelerar las elecciones.

En el PSOE también se vislumbra cierta división de opiniones en cuanto a la moción de censura. Hay unanimidad en desbancar al PP y no ir a elecciones: posiblemente perderían votos y escaños y tampoco Tovar tendría asegurada su continuidad. El proceso de las primarias lo condiciona todo e incluso sería factible que hubiese algún movimiento interno para propiciar la moción de censura con otro candidato.

Y la complicación no acaba ahí. Según el Estatuto de Autonomía se necesita la mayoría absoluta de los diputados para aprobar una moción de censura. Eso implica que si la presenta el PSOE, único partido de la oposición que podría hacerlo, necesitaría la unanimidad de sus propios diputados, de Podemos y de Ciudadanos para ganarla. Bastaría una abstención para que no triunfase.

El Estatuto también prevé que en los dos días siguientes al registro de una moción de censura se puedan presentar mociones alternativas. El único que tiene suficientes diputados para hacerlo sería el PP. ¿Qué haría Ciudadanos cuando tuviese que elegir entre un candidato del PSOE y otro del PP? Nadie lo sabe.