Los protagonistas de Tengo ganas de ti, de Federico Moccia, sellaron su amor con un candado, un gesto que han imitado miles de parejas en todo el mundo, incluso en Murcia, donde el Puente de Los Peligros se convirtió en nuestro particular puente del amor como en Roma lo fue el Puente Milvio (en ambos viaductos los candados acabaron siendo retirados muy apesar de los enamorados). El mismo objeto que los protagonistas del libro ha usado Luis Bermejo y no precisamente para demostrarle su amor a Alicia Morales y a Ángeles Moreno Micol, sus dos compañeras de candidatura de Ahora Murcia, un grupo municipal que ha saltado por los aires al hacerse pública la relación que el edil ´podemita´ mantenía con ciertas amistades peligrosas, entre ellas, el que fuera número tres de la extinta Gerencia de Urbanismo e imputado en los casos de corrupción Umbra y Barraca, Joaquín Peñalver. Bermejo colocó hace meses un candado en su despacho del grupo municipal con la excusa de que tenía documentos comprometidos de las reuniones municipales a las que acudía, un claro gesto de que no se fiaba de nadie. La instalación de ese elemento barrera se revela a posteriori como un símbolo, que demuestra que las cosas no andaban bien en ese grupo municipal, que ha quedado roto por completo y en un callejón sin salida.

Los dos frentes establecidos en esta contienda han demostrado básicamente dos cosas. Una, su inexperiencia política a la hora de afrontar cuestiones internas de calado, y otra, que tienen la piel muy fina y que, vistos desde fuera, no son capaces de unir costuras y de pasar página por el bien común. La lucha intestina en la que se encuentra este grupo municipal puede acabar en tragedia y lo más probable es que Bermejo salga de sus filas sin entregar el acta de concejal. De hecho, ya ha colocado un cartel en su despacho, el que cierra con un candado, diferenciándose de sus dos compañeras y dejando claro que él se debe a Podemos, partido del que llegó y que, según afirma, estaba al tanto de sus relaciones societarias, incluso antes de que se produjeran las elecciones municipales de 2015, sin que observara ninguna incompatibilidad con desempeñar un cargo público. Ante este espectáculo de uno de los grupos que mejor estaba trabajando en el Ayuntamiento y uno de los que mayores expectativas había suscitado, el resto de oposición se ha quedado atónita porque la debilidad en la que entra Ahora Murcia hace también más débiles al resto de grupos enfrentados al PP. Precisamente, ciertos concejales del Gobierno local han respirado un tanto al trascender la guerra interna de los ´ahoritas´ y ´podemitas´ con el convencimiento de que así levantarán un poco el acelerador y dejarán de poner tanto el foco en la gestión popular al necesitar tiempo para lamerse las heridas. El que también está con sonrisa de Mona Lisa es el alcalde, José Ballesta, que solo tiene que esperar y fumarse un puro, como haría Rajoy, para ver cómo sus enemigos políticos se destripan. Por nadie pase.