La NASA utilizó las ´historias´ de Instagram para calentar la rueda de prensa que ofreció el pasado 24 de febrero en la que anunció el descubrimiento de un sistema de planetas ubicado a 39 años luz de la Tierra con siete cuerpos celestes, de los cuales tres se encontraban a la distancia precisa de su estrella (una enana ultrafría del tamaño de Júpiter) como para poder albergar vida. La agencia espacial estadounidense, ante la expectación mundial que ella misma había generado con el anuncio del anuncio, adelantó unos minutos antes en la red social que globalizó el postureo iba a hacer un spoiler: no se trataba del hallazgo de vida extraterrestre. Nuestra vida se está digitalizando a marchas forzadas, así que es normal que si algún día se produce un contacto con inteligencias extraterrestres haya que tener muy en cuenta el tejido de información que corre por la red.

Eso es lo que proponen Duncan Forgan y Alexander Scholtz, de la Escuela de Física y Astronomía de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, que publicaron en la revista científica Acta Astronáutica un artículo que se ha hecho bastante popular. En él detallan cuál es el protocolo que deberían seguir los científicos que se encuentren con señales existencia de civilizaciones extraterrestres. Forgan, que no es precisamente optimista en cuanto a las posibilidades de ese contacto, matiza que si alguna vez encontramos una prueba no será ni un mensaje ni una ´fiesta de aterrizaje´. Olviden mil escenas de Hollywood. «Probablemente será algo más prosaico, como los signos de contaminación artificial en la atmósfera de un exoplaneta».

En 1989 un comité de SETI (el programa de búsqueda de vida extraterrestre) ya había elaborado un protocolo para anunciar un contacto. En resumen: primero que los científicos verifiquen; segundo, que lo notifiquen a las ´autoridades nacionales relevantes´; después, a la comunidad científica y, finalmente, un comunicado de prensa a la población. Más o menos como lo vinos en las películas. Pero en la sociedad hiperconectada de Internet, advierte Forgan, los datos «fluyen muy rápidamente y se amplifican y se distorsionan fácilmente». Así que el asunto puede acabar en un guirigay mundial que deje en nada aquella alarma por La Guerra de los Mundos que radió Orson Wells.

En esencia, el protocolo que propone este astrofísico escocés es que cada proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre tenga un blog propio sobre su trabajo, donde se incluyan «los criterios para una detección exitosa, un falso positivo y para ninguna detección. Esto ayudaría tanto a los periodistas como al público a no malinterpretar los resultados».

También advierten que necesitan ser ´comunicadores creíbles´ de su trabajo y ´actualizar las configuraciones de seguridad´ de su información personal en la red. Si encuentran aliens, serán instantáneamente examinados por un planeta que se volcará en sus teléfonos móviles. Y nada de guardarse datos. Total e inmediata transparencia tanto si la detección está confirmada o si es falsa, para no dar pie a los aficionados a las teorías de la conspiración.

Forgan no recomienda a los marcianitos que vengan con community manager en la nave, pero debería.