No soy muy de vídeos virales, pero cuando llegó a mí a través de una red social uno que tenía como titular La conexión más hilarante de la historia y vi que la BBC lo había compartido no pude resistirme. ¿La BBC produciendo un vídeo viral? Pinché, claro. Y no pude parar de reír.

Un resumen para los que no lo han visto, algo difícil. El profesor Robert Kelly hace una conexión desde el despacho de su casa con la BBC para analizar la situación en Corea Sur. En mitad de la entrevista, entra una niña de unos dos años, bailando y hablando. Después, su hermanito pequeño irrumpe en la habitación gracias a su tacatá y poco después, con cara de descompuesta, una mujer entra para sacar, casi a rastras y a trompicones a los niños. Y mientras, Kelly y su entrevistador continúan hablando como profesionales, eso sí con alguna carcajada de fondo desde el estudio y unos cuantos sorry de Kelly.

La escena tiene todos los ingredientes para ser un vídeo divertido, pero el caso es que para muchos ha sido el inicio de una reflexión más seria. La mujer del vídeo es asiática y de forma automática millones de personas asumieron que era la cuidadora. Yo también. Sólo algunos pocos se hicieron la pregunta a través de las redes sociales: ¿Por qué asumís que es la niñera? Resulta que la mujer con cara de descompuesta es la esposa del profesor Kelly. Se llama Jung A-Kim, pero medio mundo dio por hecho que era una empleada. Desde el viernes se han escrito varios artículos, incluso en la propia web de la BBC, analizando esta cuestión.

Tras esa confusión está el hecho del todavía rechazo o, por lo menos lenta asimilación, a las parejas interaciales. Además, de la asunción de que la mujer asiática es sumisa y esa idea encaja con la de ser empleada. Confieso que, sin negar que todo esto también me influyera, a mí me pareció ver una gran diferencia de edad y asumí que era cuidadora. Para el caso es lo mismo, como si yo no estuviera acostumbrada a ver parejas con grandes diferencias de edad. Ese subconsciente en el que laten los lastres de la educación que arrastramos todos nos engañó.

Lo peor de todo es que una amiga y yo comentamos este vídeo entre risas, pensando en lo mal que lo estaría pasando esa pobre niñera justo unos minutos después de que ella me contara una experiencia desagradable que no queda tan lejos de esos prejuicios estereotipados grabados a fuego en la sociedad. Mi amiga es profesional liberal y un cliente pidió que otra empresa intermediaria la contratara para un trabajo. Cuando la llamaron el resumen de la conversación vino a ser este: «El cliente casi te ha impuesto, tú sabrás la relación que tienes con él». Resumiendo, como tú eres mujer y el cliente hombre, eso es que hay un interés oculto, que nada tiene que ver con la calidad de tu trabajo. La interlocutora también era una mujer joven.

¿Conclusión? Que los condicionamientos y prejuicios también son virales y los llevamos tan dentro que hay que batallar con ellos hasta en las situaciones más tontas. Lo positivo es que un vídeo divertido puede hacernos reflexionar sobre los peligros de asumir primeras impresiones como hechos certeros.

Recomiendo la lectura del artículo de la BBC sobre todo lo que ocurrió después de que la entrevista a Kelly se hiciera viral.