Yo qué querré. Que el 19 de Marzo sea todos los días, al menos para ti. Y lo debe de ser desde hace 35 años y medio, que es el tiempo que lo llevas celebrando, desde que me pusisteis en el mundo. Es verdad, lo admito, que no todos los días se me llena la boca de decir 'te quiero'. No me digas que me quieres, quiéreme, como dice la canción. Supongo que me pasa como a todos los humanos: que a veces doy las cosas por hechas. Que la fuerza de la costumbre, el estrés del día a día, las prisas, las neuras, nos minan a todos. Y también es verdad que a veces asumimos que lo sabemos todo, que lo sentimos todo. Pero pocas veces nos paramos a dar las gracias. Gracias por quitarme el miedo a montar en la montaña rusa por primera vez. Gracias por llevarme en moto a conocer pueblos perdidos de esta Región. Gracias por todos los Entierros de la Sardina, cuando aún no levantaba un palmo del suelo. Gracias por escribirme en una nota que estabas muy orgulloso de mí, cuando el agobio de la facultad podía conmigo. Gracias por todos los sacrificios, por partirte el lomo a trabajar para que yo pudiese estudiar la profesión que ahora me da de comer. Y decirte poco más. Que a veces la vida duele, claro. Y, al final, lo único que depende de nosotros es cómo nos tomemos lo que nos viene dado. Y que ojalá todos los días intentes optar por la parte positiva de las cosas. Te quiero mucho, padre.