Es obvio que nuestros regantes siguen sufriendo por no tener seguridad en el suministro de agua para sus cultivos. Es una de las asignaturas pendientes más importantes para el presente y el futuro de la Región de Murcia.

Las soluciones propuestas son varias, pero casi siempre ligadas al Trasvase Tajo-Segura, aunque ya se empieza a hablar del Tajo Medio y también del Duero. Las desaladoras complementarían a estas soluciones.

Mientras tanto, se intenta por parte de nuestros regantes, que se faciliten las 'transferencias de agua de unos propietarios a otros', o sea, la venta de agua, pongamos, la que es propiedad de los regantes del Entrepeñas, para que sea vendida a los regantes del Campo de Cartagena.

Esta es una magnífica solución, pero hay que vestirla bien, con todas las bendiciones posibles. Es una solución, copiada en parte de la experiencia de California, también de Australia, de Méjico y de Chile. Aquello que ha funcionado bien en otros lugares, ¿por qué no copiarlo aquí?

La cuestión de las compras y ventas de agua se inició en California a partir de 1991. El éxito fue total. La propuesta aprovechó la existencia de una red de infraestructuras hidráulicas, como un Trasvase de California Norte a California Sur, e importantes conducciones de agua de los regantes. La bondad de la propuesta está basada en la existencia de derechos de agua en zonas donde no se va a utilizar toda el agua posible. Al sobrar parte del agua, o toda el agua, en un año concreto, en lugar de dejar pasarla por el río, el propietario de los derechos vende el agua. Por otro lado, en otra zona o en la misma zona, puede haber un propietario que necesita más agua y la compra. El agua a veces no hay ni que trasladarla de lugar, basta con que la tome en el lugar seleccionado. Todo esto se puede hacer, siempre que exista una red de infraestructuras.

Esta posibilidad es totalmente real en España, al menos entre el Tajo, el Segura, el Júcar y el Vinalopó. Si se comunicaran más cuencas entre sí, las posibilidades aumentarían exponencialmente.

Pero la compra y venta o transferencias de agua no se terminan de concretar en España por una razón muy importante: La falta de un Banco Público del Agua.

Es completamente necesario, porque el Banco sería el que debe de poner el precio del agua (no debe ser una negociación entre dos partes solo); debe de dar la posibilidad de que cualquiera pueda comprar el agua, con una serie de requisitos públicos y conocidos; debe de determinar si el agua que se ofrece para la venta puede modificar el medio ambiente; debe de ser, en definitiva, un Organismo Regulador, independiente del poder político, que regule y tenga en cuenta absolutamente todos los factores que puedan incidir en estas operaciones, como garantía de todos los Regantes y de todos los españoles.

Estoy seguro de que la creación del Banco Público del Agua posibilitaría de una manera determinante el éxito y puesta en marcha de las transferencias de agua al banco, y del banco a los compradores.

Las compras y ventas de agua no pueden ser una selva, donde el más fuerte se haga con la apropiación de la mayoría de bienes.