Estamos en el siglo XXI, pero tenemos la impresión de que en el tema de la lucha de la mujer por la igualdad con el hombre nos queda largo camino por recorrer, porque una sociedad no puede pretender hablar de igualdad si asiste impasible a la muerte de 53 mujeres el año anterior y diez, ya, en lo que llevamos de año, a manos de sus parejas o de sus exparejas. Los datos son tan espeluznantes que sobran las palabras. Y asistimos a todo esto como si fuese une epidemia difícil de erradicar, como si el Gobierno no pudiese hacer un poco más al respecto, como si la sociedad no tuviese mecanismos de respuesta ante tanta barbarie. Y es para estremecerse, y mucho, pero quizás todo esto ocurre porque nuestra sociedad, al parecer, no avanzó tanto como creemos. Y la prueba la tenemos en el congreso celebrado por Podemos.

Sí, se ha celebrado un congreso de un partido nuevo, emergente, que al parecer viene a cambiar el mundo mundial y se porta con un absoluto desprecio hacia la figura de la mujer porque Podemos, esos chicos y chicas que votan por todo, han puesto de manifiesto su manera de ver y de entender la figura de la mujer haciendo posible que, entre las primeras diez personas más votadas de la dirección salida de su congreso, solo dos lo sean. Que digo yo que, oyéndoles hablar y disertar a todos ellos, podemos deducir que alguna mujer más ha de figurar en ese partido que merezca la pena ser votada, pero no. Al parecer los listos, en esa formación, y en otras que harían la lista interminable, son hombres. Pero no ocurre solo en los nuevos; en los clásicos también.

En el PP, donde no hay votaciones para elegir ejecutiva porque es el responsable máximo del partido el que decide su equipo, o sea Rajoy, forman parte del organigrama de la dirección quince hombres y ocho mujeres. Como verán, un poco desequilibrado. Pero ya estamos acostumbrados a eso, así es que ni media palabra mas al respecto.

Así es que para subirme un poco la moral he buceado en actividades de mujeres que me hicieran sentir que pertenezco a un género que puede tomar sus propias riendas. Y sí, lo he encontrado en la Organización de Mujeres Empresarias y Profesionales de la Región de Murcia, OMEP. Una asociación empresarial, a la que la CROEM no le hace mucho caso (todo hay que decirlo), entre cuyos objetivos se encuentran el incentivo, el desarrollo y la promoción en materia de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Y de esas actividades hemos de destacar la creación, hace un tiempo, del Observatorio para la Igualdad. Ya ven, la mujer ha de continuar luchando por la igualdad de oportunidades que, como saben, es un principio de obligado cumplimiento, pero que solo determinadas instituciones, como OMEP, procuran la aplicación del mismo en todos los ámbitos: social, cultural, político y empresarial. Así es que desde este Observatorio se pretende dar visibilidad a aquellas conductas positivas, tanto dentro del ámbito como privado, para que sirvan de guía en la consecución del objetivo que se han marcado: la igualdad efectiva entre mujeres y hombres.

Y como creemos en la capacidad de esta institución y en la de la periodista Isabel Franco, directora de este Observatorio para la Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres, esperamos con interés la presentación de la primera memoria de valoración de funcionamiento del mismo desde su creación, porque será un paso muy importante en la consolidación de OMEP, una entidad que nació ante la evidente necesidad de promover la visibilidad de la mujer y su acceso a las mismas oportunidades que los hombres. Así es que nos felicitamos por ello y nos continuamos indignando por tanta dejadez de los Gobiernos, central y autonómicos, hacia la protección de los derechos de la mujer: lo primero, defender su seguridad. No es posible hablar de igualdad con las escandalosas cifras de muertes por violencia de género.