La ceremonia de entrega de enmiendas al borrador del Presupuesto municipal 2017 oficiada por los portavoces del Grupo Socialista y Ciudadanos ante el concejal de Economía y Hacienda del ayuntamiento de Murcia sugiere cierta interpretación política y evoca el reto sin abordar sobre el futuro inmediato de la actual Corporación.

Esta puesta en escena ha sembrado interrogantes en el resto de grupos municipales, sin haberse cometido quebrantamiento de norma alguna ni mancilla para los proponentes, que obran en el libre y lícito ejercicio de su estrategia política, y sin negar el papel de la negociación en la actividad política (a menudo criticada por auténticos tratantes en acuerdos políticos). Resulta inevitable valorar el sentido final de los gestos, la dirección que emprendemos ante un gobierno en minoría y la voluntad de organizar una nueva acción política durante el segundo tramo de esta Corporación. En definitiva, está en juego (y sin resolver) la oportunidad y el compromiso por ofrecer una alternativa clara a más de veinte años de PP en la Glorieta.

Las enmiendas presentadas por ambos grupos municipales recogen algunas propuestas ajenas y proponen construcciones en barrios y pedanías valoradas en alrededor de veinte millones de euros, a través de sucesivas anualidades, lo que no implica aumentar su capacidad de inversión. De ahí que la actividad de los presidentes de juntas con gobierno plural se haya centrado estas últimas semanas en determinar una gran obra para el barrio o pedanía que representan. Para ello, como para otras cosas, han recurrido a los vocales de Ahora Murcia y Cambiemos Murcia, imprescindibles no solo para provocar el cambio de gobierno en más de la mitad de las actuales juntas, sino en la gestión diaria, tanto interna como en el desarrollo de actividades de todo género (culturales, deportivas, festivas, asistenciales, etc.). Todos ellos y ellas (no solo el presidente) están haciendo posible la política de proximidad a la ciudadanía desde este órgano municipal. En definitiva, la construcción de esa alternativa política tan reclamada se hace palpable en el trabajo de base, a ras de vecindario, tanto o más que en la Glorieta. Ante esta realidad, ¿cuál es la ocurrencia de los portavoces de PSOE y C's con esta representación a dúo? Ignorar a los grupos municipales que respaldan ese cambio en las juntas municipales con su voto y con su trabajo.

Todo presupuesto municipal expresa un determinado rumbo político. En este caso, aumentar sin más el montante económico destinado a las juntas servirá para que los pedáneos socialistas y naranjas inauguren entre 2018 y 2019 alguna obra icónica que enfatice su figura como artífice único del bien común, abriendo de paso la próxima campaña electoral. Pero ese es un pobre objetivo que no mejora lo presente, ni siquiera refleja el potencial político de PSOE y C'S, en mi humilde opinión. Sobre todo, no manifiesta capacidad ni voluntad de cambio en el gobierno municipal.

Los gemelos Fobos y Deimos, hijos de Ares, personificaban el terror y el temor de los combatientes. En nuestra Corporación la mitología ha cedido ante la astronomía. Como Fobos y Deimos, PSOE y C's rotan alrededor de Marte, giran en torno al borrador de Presupuesto del PP y subestiman la capacidad de respuesta del conjunto de la oposición. Luego no contemplan la posibilidad de tejer una estrategia política común frente al PP, de la que, sin embargo, sí se sirven en barrios y pedanías. Doble error, triste miopía. Parece que Fobos acabará destrozado tras colisionar con Marte y que Deimos se alejará hasta perderse en el infinito.

No es momento de hacer méritos ante el electorado (no nos han elegido para eso) sino de crear una alternativa real que gestione este Ayuntamiento con otra trayectoria, hoy en la órbita de Marte, más cercana a la aprobada en Madrid ahora, empezando por el Presupuesto.