Hace un año por estas fechas me llegaron las primeras noticias de Encarna Hernández, una mujer que por entonces ya tenía 99 años de edad. Me sorprendió que nunca antes me hubieran hablado de ella, de una pionera del baloncesto español que había sido jugadora en los años treinta, entrenadora y de todo en el deporte de la canasta. 'La niña del gancho' estuvo en el olvido durante mucho tiempo, pero gracias a dos barcelonesas, las hermanas Raquel y Sara Barrera, salió del anonimato gracias a un precioso documental que se ha proyectado en dos ocasiones en la Región, la primera de ellas promovida por este diario. El Fútbol Club Barcelona, entidad a la que perteneció como jugadora durante muchos años, incluso un día le quería cobrar entrada por acceder a su museo, ella que tiene en su casa muchos más objetos del baloncesto femenino que nadie. Pero nunca es tarde para rectificar y el pasado domingo por fin se hizo justicia. La entidad azulgrana le rindió un homenaje a esta lorquina que se ha convertido -otra vez es pionera- en la primera mujer que tiene el carné de veterana del club. A sus 100 años recién cumplidos, sigue en el anonimato para mucha gente. Es el destino para infinidad de mujeres de este país que han hecho historia y que apenas son conocidas. El deporte, como la sociedad en general, es machista, pero algo está cambiando. Al menos eso creo.