Hay días normales y días en los que se conmemora o celebra algo: El de los enamorados, el de lucha contra el cáncer en general, y de todas sus variedades en particular, el de la mujer trabajadora, el del medio ambiente... Todos sirven para poner el acento en determinadas cuestiones que si no, parece ser, pasarían desapercibidas. No tengo una opinión rotunda ni a favor ni en contra de estas efemérides, aunque algunas me parezcan más necesarias o banales que otras.

Cierto es que, en el caso de los que yo calificaría 'de más de calado', nos permiten hacer un alto en el camino de nuestra estresada existencia para mirar más detenidamente a lo que el día nos apunta. Como hoy, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. La ONU, al proclamar esta fecha especial hace dos años lo argumentó señalando que «la ciencia y la igualdad de género son vitales para realizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible». Y en este mirar detenidamente nos damos cuenta de todo lo que nos falta aún por recorrer a las mujeres para desaparecer, como género, de este tipo de días internacionales. Sólo cuando lo consigamos podremos decir que la igualdad es un hecho y que no hace falta que nos recuerden lo mal que aún nos van las cosas.

Que no decaiga el ánimo.