Hace algún tiempo, escribí ya sobre la idoneidad o no de los tanques de tormenta en función del problema que se plantease. Traté de decir que los tanques de tormenta pueden ser muy útiles en algunos casos muy concretos, pero pueden ser un desperdicio de la inversión y un gasto de mantenimiento muy elevado en la mayoría de ellos. Uno, mejor dicho, muchos casos, porque muchos son los que se han construido y se van a construir a lo largo de la costa, son los del Mar Menor. La Consejería de Agricultura, Agua y Medio Ambiente justifica la realización de 12 tanques de tormenta, porque van a ayudar a paliar las riadas y a evitar que lleguen al Mar Menor parte de las aguas de lluvia caídas en la superficie continental que alimenta a la laguna de agua, de sedimentos y de todo lo demás que el hombre ha puesto encima de esta superficie, como son los nitratos, herbicidas y demás cosas que ustedes puedan imaginar.

El problema es más grave que el de David y Goliath. Los 12 tanques pueden acumular 36.000 metros cúbicos de agua, cuando se llenen totalmente. Pero ¿cuánta agua puede llegar por superficie hacia los tanques? Eso sí, siempre que los tanques estén bien situados. Esperamos que sí.

Consideremos una zona continental, aquella relacionada con la zona de los tanques, o sea, donde al llover el agua va a circular por encima de la superficie y va a dirigirse hacia la laguna, se supone que a los tanques, que están esperando a esa agua de tormenta. Calculando por lo bajo la superficie real del denominado Campo de Cartagena, pensemos en un área de 10 kilómetros por 10 kilómetros, o sea 100 kilómetros cuadrados. Supongamos que se produce una lluvia de 50 litros por metros cuadrado durante una hora.

El volumen de agua que habría caído en esa zona sería de 5 millones de metros cúbicos de agua. Supongamos que el 50% de esa agua va a infiltrarse en el terreno o se va a evapotranspirar. Nos quedarían 2,5 millones de metros cúbicos que irán a alimentar a los regatos, las ramblas y todos aquellos lugares por donde pueda correr el agua.

O sea, que si toda el agua de escorrentía pudiera captarse en los tanques de tormenta, éstos se llenarían 70 veces si toda el agua drenara en 1 hora. Si fuera en 2 horas, 35 veces.

No afinen mucho las cuentas porque de inicio solo he considerado 100 kilómetros cuadrados pero, en realidad hay que multiplicar el resultado, porque la superficie es mucho mayor. También, en el momento de una tormenta no se produce tanta infiltración y evapotranspiración. Y la lluvia puede ser mucho más abundante.

En este caso, me temo que David no puede vencer a Goliath. Además, hay que limpiarlos y mantenerlos. Sopesando prioridades, ¿no hubiese sido mejor dedicar este dinero de los tanques a mejorar la calidad del agua de beber?