En los 80 se empezaron a poner los cimientos de las privatizaciones con el argumento de que la eléctricas, petroleras, telefónica, etc., sería mucho mejor porque entrarían en competencia entre ellas abaratando los precios y dando un mejor servicio, y se aceptó esto como un dogma. Han pasado algunos años y el resultado es que todo cada vez es más caro y el servicio deja mucho que desear. Lo estamos viviendo de una manera cruel con las subidas continuas de la luz y los cortes, que causan muertes. YSoy partidario de que los servicios básicos como la luz, el agua y el gas sean estatales y los beneficios reverterían de nuevo en la sociedad, en educación, sanidad y política social.