Recientemente me ha fascinado un programa científico sobre los próximos avances tecnológicos y, aunque es una pena que, para ver las maravillas que se avecinan, no podamos vivir 200 años, asistiremos en los próximos cinco a una evolución tan espectacular y sorprendente que a muchas personas les costará poder adaptarse y engancharse a ese proceso.

Les resumo algunos de esos cambios (muchos ya están en curso) que contemplaremos con regocijo y asombro como parte de nuestra vida diaria. Por ejemplo, los teclados de ordenadores, teléfonos móviles, etc. desaparecerán en breve y serán sustituidos por ondas cerebrales; es decir que se controlarán y operarán con la mente. La creación de órganos humanos a la medida ya está en proceso y su fabricación se llevará a cabo individualmente con células de cada persona para evitar el rechazo. Los robots, que avanzan en su perfeccionamiento a pasos agigantados, no solo ya están sustituyendo a personas en labores industriales, medicina y otras actividades, sino en todos los ámbitos y procesos de fabricación y distribución.

En el citado reportaje he podido ver un robot relativamente sencillo que es capaz de aprender por sí mismo las expresiones faciales humanas. La nanotecnología, que ya empieza a estar operativa, se desarrollará en los dos próximos años de una manera espectacular en su aplicación a la medicina y la cirugía. Por ejemplo, la quimioterapia tal como la entendemos hoy será cosa del pasado ya que las nanopartículas se focalizarán directamente para incidir sobre las células cancerígenas sin dañar ni debilitar al resto del organismo. Antes de diez años, nuestro cuerpo estará monitorizado permanentemente para ver que todo funciona y si se detecta alguna anomalía o desorden se actuará con celeridad.

No es sostenible que en la actualidad el 35% de la superficie agrícola mundial esté dedicada al cultivo de forrajes para alimentar al ganado bovino, así que inexorablemente se irán cambiando los hábitos alimentarios hacia productos mutantes transgénicos más sanos, más nutritivos y más baratos, pues es la única forma de dar de comer a una población mundial de nueve o diez mil millones y detener la actual deforestación de grandes áreas terrestres que tanta incidencia está teniendo sobre el clima.

En el mundo de la impresión en 3D, en el coche eléctrico y autónomo, en la aviónica y aerospacial, en los métodos de enseñanza o en la sustitución de los combustibles sólidos por la energía solar, porque la trayectoria técnica en estos sectores ya esta siendo vertiginosa. La mayoría de las industrias tradicionales, tal como las vemos hoy, se extinguirán antes de diez años y las profesiones cambiarán hasta tal punto que el 75% de los actuales puestos de trabajo desaparecerán en los próximos quince años y se crearán otros distintos.

La IV revolución industrial porque es un concepto superado del que ya nadie habla en el mundo económico debido a los constantes avances científicos que hacen que la revolución sea permanente. La consecuencia más grata de este torbellino de progreso será que nuestra esperanza de vida irá aumentando cada año con lo que vivir cien será completamente normal.