Dice Rita que se hizo profesora 'para salvar a los niños de sus padres'. Cuando lo escuché me hizo gracia en un primer momento, pero visto lo visto, creo que no le falta razón. Nos hemos convertido los padres y madres de ahora en controladores insaciables de la vida de nuestros descendientes, creyendo siempre que con cada acción, reflexión, consejo y decisión que tomamos, los vamos a convertir en seres únicos e insustituibles. Visto así, hasta resulta atractiva la idea de someterlos ¿no? Pues no. Cada ser humano debe vivir su experiencia vital, tomar decisiones, madurar, aprender, razonar y no dejarse manejar por unos padres que, si bien tienen mucha razón en algunas cosas, en otras debemos transigir para que nuestros hijos sepan cómo redirigir sus experiencias. Rita, la protagonista danesa de la serie que lleva su nombre, sabe empatizar con los niños y con los jóvenes sin someter, porque es capaz de bajar de su nube de adulta para entenderlos, apoyarlos y estimularlos. Rita nos enseña el camino. Ahora, démosles provisiones, pero no digamos qué vehículo deben llevar, dónde deben repostar o a qué velocidad ir.