Mientras que la Región espera el simulacro de AVE decretado por el Ministerio de Fomento y desaparecen los vuelos de Air Nostrum que constituían la única conexión aérea con el territorio nacional, BlaBlaCar anuncia que la ruta de Madrid a Murcia es la segunda más utilizada en toda España, por delante incluso de la de Madrid a Barcelona. Está claro que la realidad busca salidas alternativas cuando los responsables políticos dejan de cumplir su cometido. A este paso, es posible que para cuando tengamos un ferrocarril decente se hayan inventado ya otras formas de desplazarse y la tecnología nos permita hacer viajes astrales, por ejemplo, sin necesidad de soterrar vías ni pasar por Cuenca para ir a la capital de España. Lo único que podemos esperar es que nuestros políticos sigan haciéndose fotos y jugando al gato y al ratón con los tribunales. Hasta que un día se descubra que tanta desidia no era casual, sino que obedece a una estrategia de los Trump murcianos para mantener a la Región fuera del mapa, como una isla del Mar Menor ajena a los cambios económicos y culturales que se han producido en las últimas generaciones. Si Murcia sigue liderando el fracaso escolar y no tiene trenes, ni aviones ni trabajo, los descontentos se irán fuera y dejarán de incordiar. El resto ni siquiera podrá dedicarse al monocultivo del turismo, después de lo que ha pasado en la laguna salada.