¿Considera usted, querido lector, como tantas otras personas, que para ser un líder en el trabajo, es necesario estar en una posición de poder? ¿Qué sí? Pues está en un error. Según los expertos, no es el puesto de trabajo el que da el liderazgo, sino el compromiso de crear un cambio positivo en uno mismo y en los compañeros. Pero, para ello, es necesario poseer las siguientes cualidades:

1) Seguridad en uno mismo. Los líderes extraordinarios aportan seguridad en entornos inciertos, lo cual significa que poseen esa sensación de certeza, esa convicción interna de que van a encontrar la respuesta en los tiempos de incertidumbre. Ellos saben que la clave está en prepararse emocionalmente. Porque, si tienen capacidad para el humor, curiosidad, compasión, creatividad, en un ambiente estresante, van a experimentar, de manera significativa, una mayor flexibilidad y un aumento de las fuerzas emocionales.

2) Estar abierto al crecimiento. Los verdaderos líderes entienden sus propias capacidades, limitaciones y utilizan este conocimiento para desafiarse constantemente y para crecer. Ven los contratiempos y las críticas como una oportunidad para mejorar, así como un reto para demostrárselo a los otros. Además, están constantemente tratando de perfeccionar y ampliar sus habilidades. El desarrollo profesional es un componente clave de la dirección, significa trabajar en las herramientas de comunicación, perspicacia, técnica, o intentar algo nuevo por completo.

3) Apoyo a los compañeros. Un verdadero líder es un gran facilitador y anima a otros a expresar sus opiniones. Son expertos en encontrar la grandeza en los demás compañeros y apoyar sus perspectivas y no tienen reparos en sentarse y escuchar lo que otros tienen que decir. Y si no están de acuerdo en lo que se ha dicho, dan su opinión de una manera constructiva, no insultan, sobre todo, delante de los demás. Ellos entienden que cuando a las personas se las recompensa por su progreso, su campaña para convertirse en mejores, aumenta de manera importante.

4) Tener ingenio. Es una habilidad muy importante. Se trata de darse cuenta de que se puede hacer más con menos, porque él y sus compañeros, juntos, tienen un mayor potencial. Un verdadero líder quiere redefinir todo lo posible: extraer mayores resultados de las mismas horas y minutos, cortar el desorden de las tareas pendientes y centrarse en la forma de obtener resultados reales. Para un líder no hay recursos limitados, sólo oportunidades para la innovación y la autoealización.