Hace unos días, en una tertulia que mantenía con unos amigos psiquiatras y psicólogos, uno de ellos comentaba que la vida es similar a una empresa, la cual va a tener utilidad en la medida en que sus ganancias sean mayores que sus costes. En la vida diaria, nuestros costos son nuestras emociones y pensamientos negativos, y nuestras ganancias, los positivos. Si tenemos en balance más positividad, la empresa de nuestra vida estará logrando beneficios. En caso contrario, estará en bancarrota.

¿Qué le ha parecido? Pero no se detenga y continúe leyendo. Porque fíjese que los expertos recomiendan que no debemos dar prioridad a los bienes materiales. Según los resultados de la investigación que ha llevado a cabo World Values Survey sobre el cambio social, cultural y político en más de 65 países, la apetencia de bienes materiales puede llegar a ser un verdadero ´inhibidor de la felicidad´. Cuando se vive en la abundancia, los deseos suelen ser mayores y si no son satisfechos pueden ser causa de infelicidad y frustración ¿Están de acuerdo en esto los trillonarios? Pero siga leyendo.

Tim Passer, psicólogo social, sostiene que el materialismo es un virus que estamos inoculando a nuestros hijos. Ellos crecen pensando que la felicidad se puede comprar. La avaricia, el culto a la propia imagen, la falta de empatía hacia los demás son los valores que transmite nuestra cultura. Y como contrapartida la depresión, obesidad y anorexia son patologías que golpean cada vez a edades más tempranas. El médico y escritor Deepak Chopra dice que los bienes materiales y la cantidad de dinero que una persona posee aportan, aproximadamente, un 10% de su experiencia de felicidad total; el 50% está relacionado con un condicionamiento cerebral, que viene de los primeros años de vida y que permite ver oportunidades donde hay problemas El restante 40% proviene de las decisiones que tomamos cada día. Si las opciones son sólo para el placer, añadirán muy poco a la felicidad, pero si dan lugar a la expresión creativa, o a mejorar la calidad de nuestras relaciones, entonces seremos más felices. De hecho, las investigaciones demuestran que la forma más fácil de sentirte bien es haciendo feliz a alguien ¿No les ha parecido muy fuerte?

Y lo que viene ahora, ¡por favor, que lo lean nuestros gobernantes! ¡Háganselo llegar! «"Si quieres tener éxito en la vida, crea las condiciones para que otras personas puedan tenerlo». ¡Fantástico!