A la diputada socialista por Murcia María González Veracruz ya no le importan demasiado los momentos amargos vividos en los últimos meses en su partido. En su cabeza ya no hay ahora mismo espacio para comités federales, ni para comisiones gestoras, ni para congresos extraordinarios, ni para primarias o abstenciones por imperativo. María González dio a luz el pasado fin de semana, el último de noviembre, a su segundo hijo, Santiago, en el hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia. Y lo mantuvo bien en secreto, porque en toda una semana no se ha comentado nada en los corrillos políticos. La diputada del PSOE, que últimamente suele utilizar la red social Facebook para los desahogos en los momentos de alegría y de pena, expresaba ayer que la llegada del pequeño Santi «ha sido una maravilla, la vida en estado puro te hace saborearla, valorarla aún más, vivirla intensamente». Enhorabuena a los padres porque, desde luego, crear vida es lo mejor que un ser humano puede llegar a hacer. Todo lo demás es secundario.

El rompecorazones

El exdiputado murciano Vicente Martínez-Pujalte ya no está en la vida pública, sino en la privada, como él insiste cuando llama a los medios de comunicación para comunicar que no es cierto que ingresara 3,5 millones de euros en 2015, como publicó esta semana en primicia ‘eldiario.es’. Achaca el error a que el técnico de Hacienda y/o la periodista sumaron varias veces la cantidad de un plazo fijo que cada dos meses aparecía y desaparecía, como el Guadiana, de su cuenta corriente. «Es como si tú tienes siete jerséis y te pones cada uno diez veces durante el invierno. Y yo voy luego y digo que tienes 77 jerséis», resumía el que fuera comisionado de Asuntos Económicos de la Comunidad. También tiene una explicación para el proceso que hay abierto contra él en un juzgado de Madrid por falsedad y cohecho. Todo viene, según Pujalte, «de un despecho amoroso», se supone que de su exsocia popular y también exsenadora Ana Torme. Algo malo tenían que tener lo de ser guapo...

Las cuentas del Gran Capitán

Las cuentas del Gran Capitán (para mí un admirable personaje histórico, por cierto) fue lo que hice yo con suma total de los gastos del viaje que el presidente de la Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, realizó a Cuba en mayo, junto a una delegación de once personas en la que había emprearios. El coste fue de 36.582 euros, ni una tercera parte de la cifra que dábamos en el reportaje de hace unas semanas. Las matemáticas nunca fueron lo mío, y durante la operación se coló alguna cifra de más que dio como resultado una suma disparatada. Mis disculpas a los miembros de la expedición por si, debido a lo exótico del destino, mi pifia les costó algún disgusto en casa...