El tiempo es tan relativo... Hay minutos que se hacen eternos y horas que pasan como si fuesen un segundo. Hay momentos en la vida en los que a uno le encantaría cerrar los ojos y que todo lo que está por venir pasase en tan sólo unos instantes. Otras veces lo que nos gustaría es detener el tiempo y vivir perennemente en ese ratito. Y eso sucede tanto para las cosas más transcendentes, como para aquellas experiencias más insignificantes. Seguro que aún recuerdan lo largos que se hacían los cinco minutos previos al recreo, mirando cada segundo un reloj que parecía haberse detenido para siempre; y lo rápido que transcurría la media hora de éste.

Pero curiosamente con el paso de los años mi percepción del tiempo ha experimentado una curiosa desviación. El vivir constantemente con déficit de horas, para el trabajo, para dormir, de ocio, para la casa, para dedicar a mi familia, para invertirlas en mí personalmente€ y quizás al tomar consciencia de que todo lo que pasa ya no vuelve y de que cada vez son más los años que contamos en pasado de los que (en virtud de la naturaleza) acumulamos en el futuro, me provoca una intensa sensación de vértigo.

Me cuesta, cada vez más, disfrutar del momento presente agobiada por lo instantáneo de éste, me resulta casi inexistente. El ahora ya no existe. ¿Si miran atrás no les parece que la semana ha transcurrido precipitadamente? A mí, siempre.

Sin embargo, y contrariamente, sigo teniendo, en ocasiones, esa sensación de tediosos minutos que no corren. Como si en lo mucho la vida pasase desenfrenada, mientras que en lo poco caminase pausadamente. ¿Para qué da un minuto? Para poco ¿verdad? ¿Pero han probado alguna vez contar uno a uno los sesenta segundos de éste? ¡Parece estirarse!

Precisamente eso me gustaría a mí, aprender a estirar algunos momentos como se estira un minuto al contarlo. ¿Cuántas veces han dicho aquello de€ «cinco minutos más»? Seguro que se visualizan en la cama intentando robar cinco minutos más al día para dárselos al sueño. Es una sensación increíble. Yo, ilusa de mí, incluso me pongo el despertador en modo repetición, cada cinco minutos, media hora antes de la hora de levantarme pensando que así le he ganado eso al tiempo€ cuando en realidad he perdido media hora de sueño.

Y con esta reflexión me preguntaba yo el otro día a qué le daría yo cinco minuto más de tiempo€ ¿Y tú?