Para resolver ecuaciones se deben conocer habilidades matemáticas básicas como la suma y la resta. Esta matemática de escuela de primero de Primaria es esencial para dominar operaciones más complejas; si no, es evidente que será mucho más difícil abordar conceptos más amplios de dominio de la materia. Pues bien, en la sanidad que nos afecta a todos los murcianos no se tienen claros muchos de estos términos.

La Declaración de Alma-Ata, la Organización Mundial de la Salud y muchas organizaciones más dejan claro por qué necesitamos una gran atención primaria fuerte, consolidada y de futuro. Hoy se celebra el Día Mundial de la Diabetes, un día especial para recordarnos la importancia de invertir en avances, cuidados y atención sanitaria adecuada a las personas con diabetes. En este camino, estamos todos a una. Nuestros hospitales necesitan respirar, y los que trabajan y acuden a ellos, también.

La atención primaria, que es la más cercana a los pacientes, es la puerta de entrada a nuestro sistema público de salud, una puerta que cada vez es más pequeña. Esta operación tan básica se está haciendo mal. La ejecución es sencilla: si al minuendo le quitamos un sustraendo mayor el resultado sale negativo.

Disponemos de una red sanitaria estructuralmente amplia, con profesionales muy comprometidos y que durante años han asumido sobrecargas y recortes pero no llegan, no se está llegando.

No se está llegando a aquellos puntos de especial aislamiento o servicios de urgencias de atención primaria donde desaparecieron los equipos humanos que los atendían, cuantitativamente minusvalorados, pero que inexorablemente merecen atención urgente, básica y continuada. No se está llegando a aliviar las puertas de urgencias de nuestros hospitales. ¿Alguien recuerda poder acudir a su centro de salud por la tarde? ¿Se han valorado las motivaciones que llevan a los usuarios a acudir directamente a un centro hospitalario? Analicemos con seriedad en qué podemos mejorar. No se está llegando a una atención domiciliaria integrada, a los cuidados paliativos, donde nuestros médicos y enfermeras puedan desarrollar con el tiempo necesario su labor. El envejecimiento de la población, la cronicidad y la fragilidad en las franjas de edad más avanzadas es una prioridad. No se está llegando a hacer realidad la promoción y prevención de la salud en nuestra sociedad.

Las estrategias desarrolladas hasta el momento no están teniendo los resultados esperados: obesidad, trastornos alimenticios, acoso escolar, cronicidad en edades tempranas, etc. Debemos cambiar el rumbo.

Tenemos un gran reto: cómo reorientar un sistema mermado en la puerta de acceso a nuestra red sanitaria, donde el hospitalocentrismo nos ha ganado una gran parte de la batalla. Empecemos por repasar la matemática básica. Si invertimos en las operaciones fundamentales, y las dominamos, las ecuaciones posteriores serán resueltas. Seremos más eficientes. Debemos sostener la atención especializada, aliviando los equipos humanos y mejorando sus condiciones de trabajo y fortalecer nuestra atención primaria, proporcionándole los equipos humanos necesarios para una atención de calidad basada en la equidad. Una equidad que ha de ser la piedra angular de nuestro sistema de salud. Resultado: saldo positivo para el paciente.

Necesitamos médicos, enfermeras, psicólogos y pediatras que en la atención primaria nos traten, cuiden y eviten que enfermemos. Si no, la solución a posteriori, será mucho más compleja. Necesitamos enfermeras en nuestras escuelas para que los escolares con cuidados específicos estén atendidos y muchos padres y madres descansen. Convirtamos la educación en el gran espacio motor de la prevención y promoción de la salud. Si invertimos en ellos, ellos cuidarán de nosotros. Necesitamos una revisión exhaustiva de los determinantes sociales, geográficos, demográficos y epidemiológicos que nos indique el camino a seguir, un camino que debemos recorrer todos juntos. Una excelente gestión, integradora e integrada, aunando esfuerzos y en consenso (profesionales, usuarios, instituciones, colegios profesionales y sindicatos) proporcionará una mayor equidad y la asistencia de la salud que necesitan nuestros ciudadanos.

La propuesta es clara: en Ciudadanos apostamos por la asistencia orientada a las personas, la mejora de la capacidad resolutiva y la transparencia, respondiendo a los cambios sociales, tecnológicos y demográficos. Dignificando y ofreciendo un mejor servicio a los ciudadanos. Por eso, quizá, y por el bien de todos, muchos deberían volver a primero de Primaria.