Ya es definitivo: la Gestora del PSOE, con Javier Fernández a la cabeza, y auspiciada por la sultana del GuaSusana Díaz, gira al fin a la derecha, sin rubor. Le regalaron una abstención sin pundonor político, ni técnica ni táctica, a Mariano Rajoy, sirviéndole en bandeja de plata la investidura y la gobernabilidad.

La pregunta en el PSOE, su gran dilema, no era 'abstención o terceras elecciones'. No. El problema del partido socialista era abstenerse o brecha abismal en el socialismo, de consecuencias incalculables en un futuro próximo. Allá ellos, que hagan lo que quieran en su suicidio colectivo ¿Pero por qué no han consultado a la militancia y a los simpatizantes? La inmensa mayoría de ellos siguen manteniendo el 'No a Rajoy'.

Qué ilusos son aquellos socialistas que intentan convencer a sus compañeros de que esa abstención vergonzante es mucho mejor que unas terceras elecciones. Afirman que así pillan a un PP más debilitado que tras esas posibles elecciones de diciembre. Y siguen argumentando que desde la oposición (muy dura y férrea, dicen) votando juntos con Cs y Unidos Podemos (ahora ya sí son amiguetes de los podemitas), tumbarán una a una las leyes más emblemáticas de la legislatura dura y oscura del PP. Dicen los lacayos sociatas de Susana Díaz y de Javier Fernández que entregaron la abstención para investidura de Rajoy, que luego ejercerán en la legislatura una oposición útil y fructífera para España. También muchos medios de comunicación, con fuerte presión mediática, afirman lo mismo, que ya está bien de un país sin Gobierno, y que había que darle la gobernabilidad al PP, que es el partido más votado, que patatín, patatán... ¿Qué piensan, que aún creemos en los Reyes Magos y en el ratoncito Pérez?

En la nueva legislatura, el PSOE se verá obligado a pactar muchas leyes e iniciativas con la derecha, PNV, PP y Cs, para facilitar la gobernabilidad, aunque digan ahora que no lo van a hacer. Pero lo harán, porque si se empeñan (como debe ser) en poner trabas y votaciones negativas contra el PP Rajoy argüirá que se le está bloqueando y disolverá la Cortes para convocar, ahora sí, unas terceras elecciones. A la cuarta ley que le tumben los partidos de la oposición, el PP convocará nuevas elecciones porque le estarán obstaculizando la gobernabilidad, y por el bien de España y los miedos a Bruselas y a la Troika. Si la situación se le pone muy tensa a Rajoy, la Constitución le permite disolver las Cortes a partir del 3 de mayo. Y lo hará; ya lo ha advertido en su segundo discurso breve de la investidura el pasado sábado.

Eso lo ve hasta el más tonto; los otros, son interesados, que sabemos lo que ya pretenden: conservar su privilegios y cargos, chupando de las prebendas y de las puertas giratorias. Prevalecen los intereses partidistas más que los de España y los de los ciudadanos.

El ministro de Exteriores en funciones Margallo y bastantes dirigentes peperos amenazan que si la oposición impide que Rajoy apruebe los presupuestos, y veta varias leyes y deroga otras, habrá elecciones en mayo de 2017 (estas sí que serían las terceras elecciones para ganar por goleada el PP). Pero no se puede dejar impune la corrupción del PP, con Rajoy a la cabeza de las responsabilidades políticas. Contra la opinión de las bases y votantes, la mayoría del Comité Federal socialista (frente al 40% de sus miembros) dará la abstención vergonzante (ignominiosa) al PP. Los lacayos de Susana Díaz y ex dirigentes y barones territoriales han blanqueado la corrupción pepera y entregado el Gobierno de este país a Mariano Rajoy, a la derecha más conservadora de todos los tiempos de nuestra democracia. El PSOE no debía haber apoyado con su abstención deshonrosa a un partido que, según la UCO y el magistrado instructor de Audiencia Nacional en el caso Bárcenas y otros imputa al PP bastantes delitos, entre ellos, el 'organización criminal'.

Los militantes y votantes socialistas no deberían permitir esta traición histórica de sus dirigentes que provocará 'el funeral' del PSOE. Protestan de que la abstención es un fraude al electorado; además, creen que sólo sirve para

atrasar unos meses las elecciones. Y ya acusan a muchos barones y viejas glorias sociatas de golpistas y reclaman que se dé voz a la militancia. «Fueron a las elecciones prometiendo a los ciudadanos, a los militantes y votantes que ni un solo voto socialista serviría para investir a Rajoy».

Actualmente existe un doloroso desgarro en el PSOE, una gran brecha entre los nuevos dirigentes de Ferraz y las bases, militantes y votantes socialistas. Todos éstos se están agitando, por el bien de España y del socialismo futuro, contra sus dirigentes y contra la gestora de Susana Díaz y Javier Fernández. Es una lucha visceral entre dos concepciones del partido muy distintas: la que se basa en elección directa contra las del casticismo sociata de la representatividad.

Sin embargo aparecen fantasmas del pasado ¡Los que empezaron a hundir al PSOE y dieron la mayoría absoluta a Rajoy en 2011, vienen a rescatarlo! Elena Valenciano, Chacón, Jáuregui, Pepiño Blanco, Areces, Rubalcaba, Trinidad Jiménez, Rodríguez Ibarra, Corcuera, Leguina, entre otros. ¡Vaya refundadores!