Hace pocos días leíamos una noticia que se titulaba ´El río Segura se desangra´, en la que se aportaban datos procedentes, casi con toda probabilidad, de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS). El artículo citad, informaba del descenso de las aportaciones de agua a los embalses y ríos de la cuenca del Segura. Las cifraba en un 42% menos desde 1980. Lo cual es un dato importantísimo y tremendo. La explicación, dada por las fuentes del periodista, y que recoge fielmente él mismo, es que este problema es debido al cambio climático.Es tan tremenda la noticia, tal cual, que, de seguir así, en otros 30 ó 40 años nos quedaríamos sin agua, ni en el río, ni en los embalses. Sin embargo, no ha sido tenido en cuenta el factor más importante que afecta a las aportaciones de agua a la cuenca. Son las extracciones de agua subterránea en los acuíferos que pertenecen a la misma. Su pertenencia implica que los acuíferos, si estuvieran sin explotar, al recibir el agua infiltrada en el terreno, procedente de la lluvia o de los riegos situados en el área de alimentación de los mismos, se desbordan en forma de manantiales y de manera difusa por las zonas permeables atravesadas por ríos.Desde el momento en que los acuíferos son sobreexplotados, los niveles del agua subterránea descienden, de tal manera que, en las próximas lluvias, el agua que se sigue infiltrando, hace aumentar el nivel del agua del acuífero, pero su nivel ya no llega a la altura de las zonas drenantes al Segura. El agua se queda toda en el acuífero, pero éste no entrega nada al río. Por tanto, todas las aportaciones de acuífero sobreexplotados, que ya no funcionan, están incluidas en ese 42% de descenso de aportaciones.Entonces, la situación ya no es tan tremendamente grave, aunque sí grave. Y lo es porque la cuenca no solo vive de las aguas del Trasvase, ni de las aguas superficiales del río Segura, sino también, de manera muy importante, de las extracciones de aguas subterráneas, que a la larga, están influyendo en un menor caudal en los ríos y menor volumen en los embalses.

Si vemos las Estadísticas Hidrológicas de la CHS, la Precipitación Media Anual Histórica de la cuenca del Segura, desde 1940 a la actualidad, han disminuido en un 6%.

Sin embargo, si nos referimos al mismo concepto, pero en la cabecera de los ríos Segura y Mundo, el descenso desde 1960 a la actualidad, es del 10%. Por tanto, estamos lejos del 42% antedicho. El cambio climático existe, pero todavía no tiene los efectos tan fuertes como se indicaban.