La cloquera es una ´enfermedad´ transitoria de las aves hembras que no consiste sólo en el acto de empollar los huevos, sino que el animal está afectado de ella con antelación, achantándose en cualquier sitio, especialmente a requerimiento del gallo, y no responde a ningún estímulo que no sea el de una querencia enfermiza por la reproducción. Y de ahí se traslada a los humanos cuando dan muestras de cariño o amor excesivo hacia otras personas, especialmente a los niños, lo que les hace parecer también clocos.

Pero ya en el momento crítico la gallina se coloca sobre los huevos, se encloquilla con sumo cuidado de no romperlos y poco a poco se va aclocando, ahueca alas y plumas cubriendo toda la puesta, de la que se levantará sólo en contadas ocasiones.

Digamos también que las personas se aclocan si se colocan en un buen sillón o cualquier otro asiento que les permita arrellanarse sin que nada les mueva ni les preocupe, de manera que los circundantes pueden echarles en cara ese estar aclocadas haciendo alarde de inmovilismo y de falta de compromiso ante lo que ocurre alrededor.

gunos de los invisibles enemigos, aunque a costa de atosigar y envenenar también a las propias huestes de los que los combatían.