El refranero español es muy rico y sienta cátedra cada vez que se pronuncia. Tres ejemplos: en todo sitio cuecen habas. De fuera vendrá quien de casa te echará. Donde fueres haz lo que vieres. Sabios y acertados los tres. En todo sitio cuecen habas „hay problemas o disgustos en todas partes y circunstancias„, esto es palpable y no admite discusión. En España tenemos nuestros problemas y disgustos por lo que no necesitamos que desde fuera nos aumenten unos y otros. Me refiero a que todo aquel que voluntariamente nos elija para convivir con nosotros debería aplicarse el «donde fueres haz lo que vieres», por lo menos en agradecimiento a la hospitalidad recibida, y no intente cambiar y reconducir tradiciones y costumbres. Está muy arraigada la idea de intromisión en la cultura española por parte de musulmanes€ Aquí, alguien me dirá que será una cosa puntual por parte de algunos musulmanes, vale, pero muchas puntualidades, al final dan por el mismísimo sitio. Si vas a un país, a un pueblo, procura mimetizarte con su paisaje y su paisanaje, en la medida en que sea posible. Si respetas serás respetado. Lo que no sea respeto mutuo es semilla de conflictos.

Leo en prensa que un imán británico de origen iraní, Anjem Chaudary, muy influyente en Europa en la Comunidad musulmana, considera ´una ofensa´ y ´un menosprecio´ a la religión del profeta los fastos y procesiones de Semana Santa en nuestro país. Afirma que la Constitución española de 1978 recoge que España es un Estado aconfesional, efectivamente: la aconfesionalidad consiste en que cada cual practique el culto que quiera. Que se sepa, el Estado no organiza ni saca a la calle las procesiones de Semana Santa; la saca el pueblo y ni Anjem ni ningún politicastro de alpargata prohibirán este ni ningún otro evento religioso.

El tal Choudary va a demandar al Estado español ante el Tribunal de Estrasburgo, con un par. Eso si, afirma que el Islam, en unos años, será la principal religión de todo el continente€ De fuera vendrá quien de tu casa te echará.

Muchos de estos musulmanes dirán que ya que estamos aquí vamos a intentar modificar también la manera de hablar. Lo triste no es que lo intenten, lo triste es que hay meapilas que anteponen lo ¿políticamente correcto? a lo normal y simple de la calle.

Juzguen ustedes: un profesor de un instituto gaditano fue denunciado por una familia musulmana de La Línea, pues su hijo, alumno de primer curso de Secundaria, considera que se le ofendió durante el transcurso de una clase de geografía, hablando del clima. El docente indicó que el clima de la localidad de Trévelez favorecía la curación de jamones. Entonces el alumno pidió al susodicho profesor que no hablara de jamones puesto que le ofendía la cuestión al ser musulmán. Los ojos como platos, no por la tontería de que la palabra le ofendiese, sino porque la denuncia se admitió a trámite y el enseñante tuviese que prestar declaración. Es lo que ocurre cuando la autoridad ¿competente? se dedica a cogérsela con papel de fumar en vez de mirar de frente los problemas y, con el debido respeto y consideración, mandar más allá de acá a quien tal denuncia redactó. Lo dicho, la gilipollez elevada a la enésima potencia. Propongo a los alumnos que protesten cuando se diga, por ejemplo: dinero, oro, musulmán, alá, chorizo, cinco, libro, inteligencia, político; en fin lo que a cada uno se le ocurra.

La última muestra, hay cientos, la recogí hace unos días de una zona de Mataró. La Asociación de Vecinos de Rocafonda supeditó su apoyo a una paella popular a que el arroz se cocinara «sin ningún tipo de bebida alcohólica ni tampoco cerdo ni derivados». La razón es que acudirían marroquíes. Digo yo que éstos pueden participar de diferentes formas, charlando, bailando y no comiendo de la paella. ¿Se puede hacer paella con otros productos? Sí, pero sin coacción de ninguna clase. Yo, particularmente, no como nada que lleve conejo y no pasa nada, no obligo a ningún cambio.

No quiero que mis palabras se malinterpreten o se conviertan en un arma arrojadiza contra nadie. Soy nacido en Melilla donde viví y conviví durante muchos años con musulmanes, tengo muchos amigos marroquíes y nos respetamos mutuamente. Por si alguien alberga aún alguna duda, mi madre era nacida y natural de Zeluán (Marruecos).

En fin, si vienen voluntariamente adáptense o hagan el camino a la inversa.