Analizado: el golpe de los mal llamados ´críticos´ al secretario general del PSOE tiene, para mí, de tristeza personal y, como organización política, de actividad miserable. Esperaban los barones, que no son sino el pesebre del partido (toda la vida limosneando cargos), que su líder dijera algo definitivo. Y habló Felipe al postfelipismo: le había dicho Pedro Sánchez que se abstendría ante la iniciativa de Rajoy para formar Gobierno.

Yo no lo creo, pero da igual. Porque no es la primera vez que, en el secreto, aquel Felipe nos ha engañado y este nos ha vuelto a engañar (lease OTAN, asunto Almunia-Borrell, y cada vez que se ha presentado un candidato que no le gustaba a él). Felipe González ha cambiado muchísimo desde que no se la jugó con Alfonso Guerra, su magnífico escudero para él, aunque en verdad era mucho más que eso, cuando aquella idiotez del hermano, el tal Juan. Entonces se creó el postfelipismo como un arma arrojadiza, si fuese necesaria. La han utilizado contra candidatos que no les gustaban. Este es el caso último de Pedro Sánchez.

Lo cierto es que Pedro Sánchez ha hecho una magnífica actuación desde que es secretario general. Un trabajo serio, tanto corporativo, de partido, como institucional. Pero siempre, siempre, ha estado presionado y perseguido por esos malditos barones que han intentado descolocarlo, y siempre mintiendo sobre él, con la ayuda, eso sí, del diario de Cebrián y González, El País.

La verdad es que aquí acababa todo el otro día, cuando se hizo entrega en Ferraz de un documento de dimisión de los barones que el propio Pedro había puesto en la Ejecutiva. Se buscaron un hombre de trapo y amigos de la muñidora de todo este asunto, Susana Diaz (esa que ahora va a ´coser´ el partido a la unidad, o eso dice), y a por él. Era bien fácil dejarlo solo y atacar duro, con el visto bueno de su Dios y de su líder en la tierra.

Pero no fue así tan inmediatamente. No se cómo quedaría ayer la discusión en el comité federal, porque envio esta columna al diario el viernes por la tarde y no conozco más noticias que las de ese día. Pero he podido escuchar las sabias palabras de Borrell diciéndole a sus colerrigionarios que la verdad es que Pedro Sánchez sólo ha hecho lo que el comité federal aprobó por unanimidad, es decir, prepararse para votar no a Rajoy, y nada de abstenciones como quieren los barones, porque de ello nada se discutió en aquel comité, nada. Queda claro aquí que Felipe no sabía o no quería saber lo que aprobó el comité federal en aquella ocasión, lo mismo que sus barones, que parecen padecer de sordera o de ceguera.

Lo otro, lo que piden, o pedimos, los votantes de Pedro ya está escrito: un Gobierno de progreso, lo que venimos anunciando como publicidad pagada por nosotros mismos en la prensa. Ahora resultará dificil, pero seguimos pensando igual. Hasta aquí lo que tenía que hacer Pedro y lo hace bien, si le dejan: explorar un Gobierno alternativo al de Rajoy. Veremos...

He dejado de comprar El País, me cansé de sus editoriales maléficos. Con La Opinión y con Internet tengo bastante. Y., si soy sincero, me alegro de que hoy viernes, cuando escribo. en la puerta de Ferraz haya gente esperando a Pedro Sánchez y hablando bien de él y muy mal del golpe al PSOE como una traición sin medida que ojalá se arregle sin que pierda este momento excepcional el nuevo secretario general que, a mi modo de ver, es valiente, comprometido y al que ya se le ve como hombre de Estado en las discusiones con esa pandilla mafiosa y traidora. No estaríamos mejor con otro, sobre todo en estos tiempos difíciles cuando falta tanto la lealtad.

Suerte para Pedro Sánchez y a sus compañeros y compañeras de partido, a los que mantienen su fidelidad. Ojalá se imponga la razón frente al fanatismo, el pesebrismo y la maldad ocura y conspicua de la señora Diaz por querer cerrar el paso a quien ha sido un magnífico fajador de la derecha y de sus propios enemigos dentro de su partido. Los títulos de mis dos anteriores columnas sobe esta cuestión dicen sobre mi pensamiento: «Aguanta, Pedro, Aguanta» y «Matad al soldado Sánchez». La primera se está cumpliendo con dignidad, y la segunda puede que no llegue a término. Porque si todo sale bien para él ¿que harían los barones y sus coleguillas que viven de la politica tantos años si un chico valiente y socialista, buen orador, con las ideas claras y serio de verdad cierra para siempre el pesebre? Cuánto lo necesita ese partido que manden definitivamente los militantes, los de verdad, y no los listillos de sus representantes.

Un saludo a la lealtad de los buenos socialistas que aún son, y mi desprecio más absoluto a la traición y esos golpes de la mentira y el cainismo partidario que se practica tristemente aún en el PSOE. Felicidades por tu trabajo y suerte, Pedro Sánchez, mucha suerte para ti y para este viejo y nuevo partido al que vienes representando tan bien. Gracias.