Cuando el balón llegó a sus pies ya había visto a su compañero justo a su derecha, a pocos metros. La mínima ventaja antes de la presión del rival ya tenía, un segundo antes de que llegase la acción, un destino claro y decidido. Guille recibió el balón, lo controló con la calma que otorga a todo saber qué vas a hacer al segundo siguiente, y lo pasó a su compañero en la derecha. El equipo jugó, el rival llegó a su altura y corrió tras el balón otra vez sin llegar a él. Lo hizo con el primer balón de la pretemporada, pero lo hace siempre, en los entrenos, en los partidos€ y en muchas otras cosas de la vida.

Hace tiempo, casi desde el primer día que vieron el mundo, que aprendo de ellos, pero seguir haciéndolo una vez que ves cómo son, cómo deciden, y por qué lo hacen, aprender de ellos es el mejor don que tiene esta vida, porque siempre estamos a tiempo de aprender de nuestros hijos.

Pasó la temporada sin apenas tirar a puerta. Si tiró dos o tres veces ya son muchas, y marcó su golito. El gol que le hace sonreír, pero no el que le da la felicidad de poder jugar los fines de semana con sus compañeros, ni la que le dan las victorias o los goles de sus amigos delanteros. Guille, con ocho años, pide ayuda en los marcajes y los agradece tras el córner. Cuando encajamos un gol se acerca a su amigo en la portería y le da una palmada en la espalda o le agarra de los hombros mirándole a los ojos€

„¿Qué le has dicho a Carlos cuando el gol?„ le pregunto.

„Nada, papá, cosas nuestras€

Cuando le veo recibir el balón una y otra vez, y percibo cómo decide hacer lo más lógico que puede hacer siento un gran orgullo. Con ocho años me está dando una lección, porque yo no hacía eso nunca. Ni en el fútbol ni en casi nada. Ahora quiere ver repetido el partido de Diego Benito contra el Lorca, porque jugó en su posición preferida, delante de la defensa, guardando los espacios y tocando el balón al compañero que lo tiene más fácil. No hay que decírselo, le ha salido así a él.

Hoy, como ayer mismo hablé con él, el fútbol es un hobby. Un pasatiempo con el que hacer deporte y tener un grupo de amigos más€ y con eso ya es mucho. Pero lo que es enorme es lo que él me está dando, sin saberlo. Sólo porque es él, cuando recibe el balón en el campo y en todo lo demás. Hazlo fácil, suele decirme, como si fuera un slogan que él mismo ha creado para él, y que le describe. Hazlo fácil, papá. Y ya es capitán de su equipo, sin gritos, sin aspavientos, con su calma para jugar y contar con los demás. Hazlo fácil. Vale.