A la derecha, ya se sabe: PP-Ciudadanos. Este es el presunto Gobierno que hará que el oso, Rajoy, ya abrazado Rivera, destroce a Ciudadanos definitivamante. El otro, la otra alternativa, es un camino a la izquierda, la que no gusta a la Cope del chuleta de Herrera ni a la Prisa en papel llamada El País, de Cebrian. Vaya pareja. Pues el título de esta columna tiene que ver con el interés del diario del postfelipismo y sus barones cuando tacha, el pasado viernes, a la exploración del Gobierno alternativo de Pedro Sánchez como ´disparatado camino´. Veremos.

En esta semana pasada lo menos afortunado ha sido el enfado de Vara que, de mala memoria, tendrá que justificarse con sus socios electorales, Siex (Socialistas Independientes de Extremadura), ya que éstos apoyan el Gobierno de progreso anunciado por Sánchez y por miles de personas (entre las que me encuentro) que estamos a favor de un Gobierno de progreso. Yo también soy de los que dicen que antes de dejar continuar a Rajoy como presidente de Gobierro, aunque sea en funciones, mejor un buen pacto con Podemos y nacionalistas, por supuesto. Ya me gustaría que estuviera también Ciudadanos, aunque fuera con su abstención, pero parece que ese abrazo del oso no deja libres a los de Rivera.

La existencia, o mejor, la búsqueda de un camino a la izquierda rompe en el tiempo la mentira que los de derechas (léase el PP) practican en la creencia de que una mentira muchas veces contada se hace finalmente verdad. Falso. Nadie se cree a esta altura, salvo algún medio de comunicación (casos de Cope y El País, ya comentados) y los adictos al régimen de esa España casposa y cutre llena de patriochería, creer que no se debe negociar con el nacionalismo (salvo Rajoy, que lo hace como lo hizo Aznar). Eso de no dialogar es terrible. Así le va a este Gobierno con Cataluña, en sus relaciones institucionales, claro, donde prácticamente está perdida la prudencia diplomática y el respeto institucional.

Pero ya hay tendencia generalizada a no creerse lo que amenazan esos medios y otros cuando daban al Gobierno progresista que se pretende entre una hora y un cuarto de hora. Lo que ahora se espera es que el PSOE, o mejor, los socialistas que apoyan a Pedro Sánchez, hagan lo que un militante le gritó en un mitin: «Aguanta, Pedro, aguanta»; pues eso, aguantar y corregir la plana al postfelipismo con rostro de barones, que ni debe de dejarse amedentrar en el Comité Federal ni en el congreso que viene, sino aguantar, y sin dejar de hacer, o hacer un referéndum entre la miilitancia. Que ahora toca trabajar ese Gobierno progresista que sea capaz, y lo será, de mejorar la situación provocada por una derecha no ajena a la corrupción y sin capacidad de negociación porque nadie quiere ya a su líder, algo esto último que parece realmente preocupante por seguro. Lo cierto es que el PP ya espera que se convoquen esas elecciones para, al decir del de Pontevedra con muy poca discrección, ganarlas otra vez.

En Ferraz, el equipo de Sánchez tiene claro que para evitar una investidura fallida como la de marzo el PSOE no puede alcanzar un acuerdo con uno de los dos partidos (Podemos y Ciudadanos) y después intentar sumar al otro. Por esto parece que se prepara una hoja de ruta con tres ofertas diferentes. Podrian ser estas: La primera propuesta que Sánchez transmitirá a Pablo Iglesias y Albert Rivera consiste en que ambos partidos apoyen su investidura sin ningún acuerdo previo y, una vez proclamado presidente, negociar por separado con ellos. Si Podemos y Ciudadanos rechazan investir a Sánchez sin ningún tipo de contrapartida, seríá ofrecerles la formación de un Gobierno con representantes de los tres partidos, encabezado por Pedro Sánchez, así las tres formaciones firmarían una hoja de mínimos con tres objetivos comunes: la lucha contra la desigualdad; la lucha contra la corrupción, y la búsqueda del empleo digno para, después de la investidura, conformar ese nuevo Gobierno.

Y Si esta segunda oferta tampoco sale adelante, Pedro Sánchez negociaría con Podemos y Ciudadanos la formación de un Gobierno de independientes antes del 30 de octubre para evitar unas terceras generales. La hoja de ruta se iniciará la semana próxima después de que Sánchez llame a Iglesias y Rivera y una vez finalizadas las elecciones en Galicia y el País Vasco.