Situándonos al comienzo del pasado siglo XX vamos a realizar un breve recorrido por los diferentes emplazamientos que ha tenido, hasta el momento, la feria de Murcia, pues nunca ha habido recinto fijo para celebrarla y en estos últimos cien años de la historia de la ciudad ha conocido diversos lugares. Unos sitios perduran más en la mente colectiva de los ciudadanos que otros. Por ejemplo ¿Quién no recuerda o ha oído hablar del Parque de Ruiz Hidalgo? Sin embargo, no creo que muchos murcianos tengan conocimiento de la instalación de la feria en la calle Puerta Nueva y aledaños. Pues bien, estas son las ubicaciones que ha tenido el recinto ferial y que vamos a recordar.

Tomando como origen y punto de partida los primeros años de la centuria de 1900 la encontramos instalada en la Glorieta donde, incluso, se estrenó coincidiendo con la feria el ´cinematógrafo´ y allí se instaló una caseta para poder asistir a las proyecciones de aquel invento. Una Glorieta a la que se entraba pasando bajo ´arcos de triunfo´ o portadas que tanto gustaban en la época. Después se extendió por el Paseo de Garay hasta donde, a día de hoy, tenemos la plaza de la Cruz Roja. De ahí se ubicó junto al río en el moderno parque de Ruiz Hidalgo. La feria que quizá más enraizada quedó en la memoria colectiva y que muchos, sin haberla conocido, recuerdan por haber visto documentos gráficos de la época. Este recinto ferial tenía un serio inconveniente y es que cuando venían las crecidas del Segura, en septiembre eran frecuentes las tormentas y fuertes aguaceros, la feria quedaba inundada y sus instalaciones desmanteladas casi todos los años. Tras la Guerra Civil, y dejando el recinto del parque Ruiz Hidalgo por todos aquellos inconvenientes de las crecidas, la feria se instaló en la década de los cincuenta en lo que hoy es el Paseo de Alfonso X el Sabio. En aquellos días era un espacio vacío y solo proyecto de ensanche de la ciudad. Precisamente en aquellos años de la mitad del siglo XX se ´importó´ la costumbre, modo Sevilla, de instalar casetas de entidades y clubs para que sus socios pudieran disfrutar de un lugar cómodo y privado para vivir la feria. Se instalaron cuatro casetas: la del ayuntamiento de Murcia, Diputación Provincial, Universidad de Murcia, y la del SEU (sindicato de estudiantes universitarios) Pero esa idea no cuajó ni tuvo mucha aceptación en la ciudad, por tanto solo durante cuatro años se levantaron dichas casetas privadas. La costumbre sevillana y andaluza en Murcia no cuajó. Ya años antes, cuando la feria se ubicaba en el Paseo de Garay, el Casino de Murcia quiso montar algo similar en el conocido como ´martillo de la Glorieta o del Palacio Episcopal´, pero la idea no cuajó. Volvamos al recorrido urbano de nuestra feria. Tras haber estado algunos años en lo que hoy es Alfonso X pasó a las inmediaciones de la Feria Internacional de la Conserva y Alimentación (FICA), pero los visitantes de la feria la veían demasiado lejos del centro urbano y se mantuvo durante dos o tres años únicamente. De ahí fue trasladada a los aledaños del Malecón. El lugar conocido como Jardín Botánico (donde hoy se levanta el recinto de los Huertos y de Moros y Cristianos). Allí sí que gozó de una estancia más prolongada hasta bien entrados los años setenta. Luego se ubicó en Puerta Nueva y actual avenida Gutiérrez Mellado y terrenos de la Fama por espacio de dos años, de donde pasó a lo que en la actualidad es el barrio del Infante don Juan Manuel al otro lado del río y por último, ya no se ha movido de allí en muchos años, a los actuales terrenos de la antigua FICA también conocido como ´los aledaños del Auditorio Víctor Villegas´.

Ni que decir tiene que no solo ha cambiado físicamente la ubicación de la feria, sino que a la misma vez lo han ido haciendo sus atracciones y contenidos acordes con los tiempos.