La que está mostrando el Estado de derecho frente a las bravuconadas del etarra Otegi. Su condena por pertenencia a banda armada también lo declaraba inelegible. Pero él, fanfarrón y antidemócrata, se ha empeñado en encabezar una candidatura y dice que nada lo detendrá. De momento lo están haciendo la Fiscalía, la Audiencia y la Junta Electoral. Sin gritos ni estridencias; se trata de algo tan simple como que una democracia se fortalece cuando hace cumplir la ley (ahora habrá que mover ficha en el tablero catalán). El condenado seguirá provocando porque no sabe hacer otra cosa ni tiene otros mensajes, pero al menos no lo hará desde el Parlamento vasco. Las víctimas de ETA respiran tranquilas.