Llega septiembre y las redes sociales se llenan de lamentos de aquellos que ven cómo se les han acabado las vacaciones y tienen que volver a la rutina del trabajo. Hay quienes celebran regresar al tajo, pero son los menos. Pasa cada año, y no lo entiendo. Cuando voy de viaje, a la vuelta, siempre digo lo mismo: ´Habrá que irse para poder volver´. Pienso igual con las vacaciones. Ayer fue mi primer día tras una quincena de playa -ya sea en el norte o en nuestro sur-, chiringuitos, pantalón corto y familia, pero no me sentí tan derrotado como muchos de mis amigos expresaron en el ´cara libro´. Y es que, para volver a tener esa sensación del último día de trabajo antes de las ´vacas´, hay que estar de nuevo en el curro. Así que déjense de lamentos, de síndrome postvacacional -ya no sabemos qué inventar para andar suplicando una baja-, de arrastrar los zapatos hasta el curro y, como dice un buen amigo mío, pónganse a trabajar... Siéntanse privilegiados -sí, aún- de tener un empleo al que volver cada 1 de septiembre.