Si ha pasado las 24 horas de cada día de su mes de vacaciones de verano con su pareja y no se ha divorciado puede estar tranquilo. Sólo un cataclismo nuclear o el fin del mundo les separará. La época estival es una prueba de fuego para la convivencia y los expertos en psicología y los abogados lo saben bien. Las estadísticas son claras y aseguran que una de cada tres parejas española rompe su relación al acabar la época estival. Y es que el verano puede ser un periodo plácido y reparador, pero también perturbador para la vida conyugal, porque cada miembro de la relación está acostumbrado a un tipo de vida que durante esta época debe adaptar a las necesidades del otro. «No es que una pareja se lleve maravillosamente bien y al llegar el verano se lleve fatal, sino que sus incomprensiones o infelicidades están más o menos encubiertas o escondidas y se ponen de relieve cuando hay una convivencia mayor», asegura un abogado experto en divorcios. Así que ya saben, si quieren poner a prueba su relación, aprovechen su mes de vacaciones.