Pedro Costa, en su último artículo publicado en este mismo diario, La Opinión, y titulado 'Recalde y los antinucleares víctimas de ETA', indica que tanto él como yo conocimos al abogado vasco cuando se oponía al proyecto de Punta Mendata (Deva). De eso hace ya muchos años; pero nunca olvidaremos a nuestro amigo José Ramón cuando ETA le pegó un tiro y le dejó para siempre la señal en la lengua oral, ya que la bala le entró y salió por la mandíbula, dejándole una forma muy particular en el habla. En su artículo, recuerda también Costa a José María Portel, entre otros de los que la organización terrorista dejó sin vida, precisamente al periodista que tanto se opuso a las centrales nucleares. Es verdad que les conocimos. Y era gente extraordinaria que, como Recalde, fallecido recientemente, lucharon contra el franquismo, incluso estuvieron en la cárcel. Gente extraordinaria, luchadores siempre por los intereses populares frente a la dictadura fascista. Y Pedro hace una historia real verdadera de aquellos años antinucleares en los que tanta amistad hicimos, Costa muy generoso, otorgándome la popularidad de ser el líder de la oposición antinuclear de esta región. En fin. Cosas de un amigo y verdadero paladín de esa lucha que él me atribuye a mí también.

A Recalde le conocimos en junio del 74 (Pedro tiene una memoria excelente), cuando Mario Gaviria nos reclamó a los de aquella lucha sin tregua, en Benidorm. Y Recalde después estuvo también en el Monte Igueldo, en otra reunión posterior y muy potente desde una perspectiva vasca, ya que había representaciones tanto técnicas como políticas. Me equivoqué, y Pedro me lo tiene en cuenta cuando dije, en un artículo anterior al de Costa, que el Libro de mi amigo, Nuclearizar España, tenía 25 años, pero lo cierto es que tiene 40 ya (es de 1976), y que ha sido referencia indiscutible entre ciudadanos y políticos, y sobre todo oposiciones populares, para poder tener un referente de ese plan de nuclearización y de las señales que ha ido dejando en España. Un libro, la primera edición, publicada por Libros de la Frontera, que promovió el prestigioso profesor Horacio Capel. Ahora reeditado por otra editorial. Posteriormente se editó Las mil batallas, que no es ni más ni menos, que el paso de Pedro Costa por todos los movimientos que han necesitado del auxilio o del consejo de Costa para su lucha popular. Y que tuve el honor de prologarle yo. En este sentido, me consta que al que Pedro trata de homenajear en su artículo, Recalde, se sentiría orgulloso también del último acontecimiento que conozco de Pedro y que voy a contarles aquí. Se trata de Guatemala.

Se sabe que Pedro Costa, profesor de la Politécnica de Madrid, visita Guatemala desde 2008, con un programa de Doctorado en Sociología. De ahí que haya hecho 12 viajes (varios años ha ido dos veces, como este 2016). Pues bien, La Universidad pública de San Carlos (USAC), donde va el profesor, que es y se llama así mismo «tricentenaria, conspicua y alma mater», le ha encargado el 'Manual Ambiental', texto básico para que ningún egresado resulte analfabeto en medio ambiente, sobre todo en un país como Guatemala y que entronque también con la cultura tradicional indígena. Un trabajo contra el positivismo imprudente, de la mentalidad ingenieril y el economicismo arrogante. Este Manual es parte de la implementación de un Plan de Educación Ambiental, de una Política Universitaria Ambiental, aprobada en 2014, por la que, entre otras muchas cosas, se ecologizarán todas las carreras, títulos y posgrados, estando previsto ese trabajo minucioso, de introducción precisa y oportuna en las 40 unidades académicas, con posterioridad a la implantación del Manual; y todo parece indicar que también se lo encargarán a Pedro Costa.

La USAC tiene 200.000 alumnos y, siendo la única pública, por mandato constitucional (que también incluye una dotación del 5 por ciento del Presupuesto del Estado) ha de estar en los 22 departamentos de la República, y así lo hace. En uno de ellos, el de Jalapa, el profesor Costa da un doble Máster, siempre de temas ambientales. Precisamente el pasado día 18 ha pronunciado la conferencia magistral de apertura de la Primera Semana Científica en la Universidad jesuita Rafael Landívar, una de las más prestigiosas de entre las privadas, donde le vienen invitando en los últimos cuatro años para ciclos de conferencias ambientales. Obviamente, ello viene sucediendo por las invitaciones de Guatemala y sus numerosos alumnos de Doctorado, ya que ha dirigido hasta la fecha 18 tesis doctorales. Y lo digo porque desde aquí quiero destacar a un murciano que, como Pedro Costa, sigue siendo profesor muy destacado en la vida universitaria y de la investigación en Guatemala. He tenido el honor de ver y oír en video conferencia el solemne y emotivo acto de Costa en Guatemala. Y ello lo digo como homenaje al ecologista y profesor universitario que, desde su poliédrica vida científico-medioambientalista (periodista, ingeniero, sociólogo y doctor en ciencias políticas y sociología) ha logrado ser también Premio Nacional de Medio Ambiente. Y ello debe ser un orgullo para nosotros, sus paisanos y amigos.