Cuando llega agosto a muchos conductores se nos hacen los ojos chiribitas al pensar que la Ora será gratuita en Murcia, como pasa en otras localidades. Cogemos el coche y llegamos como si fuéramos niños con zapatos nuevos al centro dispuestos a aparcar sin tener que preocuparnos por ir corriendo al ´parquímetro´ para depositar las monedas antes de que llegue el vigilante de turno. Salimos del vehículo altivos y más anchos que largos y cuando ponemos un pie en el suelo vemos llegar al típico ´gorrilla´ que viene a cobrarse su ´impuesto revolucionario´ por ´permitirte´ ocupar la plaza. La mirada de ´prepárate que a lo mejor cuando vuelvas tu coche está rallado´ hace que le des una propina, muchas veces superior a lo que ibas a desembolsar por estacionar con vigilante y nuestro gozo se queda en el fondo de un pozo. Pues bien, cuando le comentaba esto indignado a un amigo, su risa se oyó en varias calles a la redonda desde donde estábamos. No te rías le dije y su respuesta hizo que yo también me riera, por no llorar. «También te cobran el impuesto cuando hay vigilantes», me dijo.