Recuerdo una vez en el colegio a una profesora que nos contó cómo su hijo, tras tirar la pecera que tenían en casa y ser regañado, echó la culpa a un pez. Aquello nos hizo mucha gracia, pues estábamos ya en esa edad en la que se pierde la inocencia, y comienzas a darte cuenta de lo absurdas que son las excusas de los niños. Menos inocente, pero igual de idiota, fue la excusa de un compañero de clase, ya mayorcito, al faltar por enésima vez al colegio. «Se ha muerto mi abuela», le dijo al profesor. Éste, harto de las mentiras del absentista le respondió:

«Encima de faltón, tienes mala memoria. Ya me has dicho tres veces este curso que se ha muerto tu abuela, y como mucho tienes dos».

Algo parecido pasa en la política actual, aunque entiendo que ustedes no pillen por dónde voy. Resulta que ahora hay peceras que se caen solas, que las tiran los peces, y hasta las algas según el caso. Cuando parece claro que el dirigente de Podemos, Echenique, mantuvo a un asistente sin contrato y sin pagarle la Seguridad Social, resulta que la culpa es del sistema, y no de él. Es decir, que el pez ha tirado la pecera. Cuando se descubre que el disco duro de Bárcenas (ex PP, creo) fue borrado treinta y tantas veces y golpeado resulta que es un procedimiento ´normal´, cosas del pez, que habrá tirado la pecera. Cuando Ciudadanos carga facturas de gasto electoral al grupo parlamentario la culpa es del administrativo, o sea, del pez. El PSOE presenta en el Congreso una iniciativa para salvar el Mar Menor tras 8 años al mando de la Confederación Hidrográfica del Segura, pero lo hacen señalando al pez, que tiene la culpa.

En el Pleno de ayer se trató una vez más, y van unas cuantas, el asunto del AVE y su llegada a la ciudad. Mientras los miembros de la oposición (algunos convencidos y otros a regañadientes) tratan de conseguir mediante recursos y contenciosos la paralización de la llegada de un AVE en superficie a la Estación del Carmen (tras un soterramiento parcial), el Partido Popular trata de hacer llegar la Alta Velocidad como sea, luchando contra la oposición, los presupuestos, el propio Ministerio de Fomento, y lo que haga falta. El edil de Urbanismo, Navarro Corchón (PP), ayer acusaba a toda la oposición de ir contra los intereses de Murcia. Que no digo yo que no haya quien esté sólo por joder la marrana, pero culpar a los vecinos o a la oposición de que Murcia no tenga una estación como dios manda y con un trazado urbano soterrado, es un error.

Como viene siendo habitual ayer se escucharon algunos abucheos del público asistente casi al acabar el debate sobre el ferrocarril. Ballesta (PP) interrumpió con cierto agotamiento: «Vamos a ver si terminamos esto, que íbamos muy bien». Pues eso, que íbamos muy bien con el convenio firmado en 2006 que garantizaba el AVE soterrado, hasta que parece ser que algún pez tiró la pecera y nos faltan manos para contar abuelas.