Extraño nombre para unas extrañas estructuras de nuestros cromosomas pero nos va la vida en ello y habrá que ir conociéndolos mejor si es cierto el tópico de que aspiramos a la prolongación de la vida, a beber en la fuente de la eterna juventud. La longitud de los telómeros es decisiva para explicar el envejecimiento y la clave está en una enzima llamada telomerasa que perpetúa la vida de la célula (es el caso de las cancerosas). Todo esto lo investiga con éxito María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Como es lógico, ella es una desconocida (no pulula por las selvas de Tele-5) y el CNIO tiene problemas de financiación (estamos en España). Nunca lo hubiera imaginado Kant en su Paz perpetua.